Después de que su hijo fue operado del tumor era de esperarse que le quedará una gran cicatriz en su cabeza, lo cual lo haría sentirse diferente de los demás niños en el vecindario y en la escuela, por lo que el padre de este pequeño decidió tatuarse en su cabeza la imagen de la cicatriz de su hijo.
Sin duda Gabriel necesitaba un descanso después de pasar por todos estos difíciles momentos de su enfermedad y recuperación y que mejor manera de hacerlo que dejando de preocuparse por la cicatriz que lleva después de la operación gracias a el gran gesto de su buen padre.
Josh Marshall es sin duda un gran ejemplo para muchos padres alrededor del mundo, esperamos que este gran ejemplo inspire a mas personas a ser mejores padres en su dia a dia.
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