Como si de una historia se tratara, los inicios de la noche de Halloween se remontan a más de 3000 años. La noche de brujas, que tanto gusta a niños y mayores, se celebraba por un pueblo celta para festejar el fin de año, en el que los hechiceros o druidas de la aldea practicaban su brujería para conseguir atemorizar a la población. Iban de casa en casa pidiendo alimentos de todo tipo para su alimentación y para preparar el festín de la noche de brujas. El que se negara a colaborar sufriría una maldición.
Con la inmigración, La noche de brujas consiguió llegar a los estados unidos, y allí comenzó a tener ese sentido lúdico y divertido con el que la asociamos hoy: disfraces, fiestas, maquillaje, caramelos… Y en vez de convertirnos en druidas las calles se llenan de pequeñas brujas, esqueletos y fantasmas que van de casa en casa pidiendo caramelos al grito de ¡truco o trato!
Decoración para noche de brujas
Una de las cosas que no puede faltar en Halloween, es la de decorar, aunque sea, nuestra puerta de casa para ambientar la famosa noche de brujas.
Gatos negros, esqueletos, brujas o fantasmas van a ser los encargados de permanecer en la puerta vigilando a todos los que vienen a pedir caramelos.
Y para iluminar la estancia, no puede falta la famosa calabaza hueca con ojos y boca, iluminada por una vela o una linterna para alumbran a nuestros invitados.
Recetas terroríficas
Si lo que queremos es sorprender a nuestros invitados, no podemos olvidarnos de prepararles un buen vaso de zumo escalofriante, haciendo que salga niebla de el con hielo seco. Y para acompañar al zumo con niebla tenemos tentempiés escalofriantes como por ejemplo: magdalenas decoradas con arañas de chocolate, galletas con forma de fantasmas y por qué no, cake pops de calabazas.
El disfraz
Halloween es especial porque las calles se llenan de mini esqueletos, brujitas que van con sus escobas y sus calabazas de puerta en puerta, fantasmas divertidos, monstruos, espantapájaros… Es una noche mágica en la que los niños se convierten en vampiros y las niñas dejan de ser princesas para ser las brujas.
Cualquier disfraz vale para la noche mágica del año. No podemos olvidarnos de maquillarles acorde el disfraz, sobre todo con tonos blancos para el rostro, morados y negros para las ojeras.
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