Que ingratitud

Abro google y tipeo la mujer maravilla esperando que aparezca mi nombre pero no.

“La Mujer Maravilla es una superheroína ficticia creada por William Moulton Marston para la editorial DC Comics.”

En ningún lado aparezco.

Pero ¿Cómooooo? Yo que soy una mamá presente, dejo todo y más de lo que se me pide en el trabajo, hago manualidades, escribo en un blog, llevo adelante un emprendimiento, planto mis propios tomate en un balcón de Buenos Aires, sobrevivo a diario a la línea B…¿Cómo?

Que ingratitud.

Como muchas otras mujeres que hacemos me creo invencible.

Pero por más que programe y organice mi vida y la de mi casa, hay un enemigo muy poderoso, más poderoso que Ares, Circe o Chita. que trabaja en las sombras: el temible y abominable stress.

Este enemigo deja pistas que una siempre deja para más tarde, porque siempre, siempre hay algo primero en la lista de una mamá.

Un dolor de cabeza, tomamos algo y seguimos .

No nos quejamos porque la publicidad de antigripales dice que las mamás no se toman descanso.

Si tenemos mucho laburo y el nene se nos enferma, hacemos de tripa corazón para que el jefe no tenga excusa para decir que es un problema trabajar con mujeres madres.

Despiojamos chicos después de 9 horas de oficina, le cortamos el pelo al perro (decime si es necesario) y de paso ya que estamos encendemos la enceradora porque cae la suegra…todo en menos de 12 horas.

Y cuando te querés acordar hicimos que todo gire tan alrededor nuestro (no delegamos ni aflojamos ni un poquito) que cuando nos enfermamos nadie lo puede creer.

Aflojemos con la dosis de ego.

Las mamás nos enfermamos, a veces es solo un resfriado y hasta nos viene bien para ponernos al día con alguna serie mientras los chicos van al colegio. Pero a veces nos enfermamos tan pero tan feo que ni siquiera podemos levantarnos para ir al acto del día del maestro.

Así de feo.

Pensé mucho antes de escribir esto, lo bajón es pianta votos, la gente siempre quiere ver cosas lindas y leer palabras de aliento (ya va, esperame unos renglones)

En todos estos días que tuve que frenar si o si aprendí varias cosas:

– La Princesa Diana es tan real como el conejo de pascuas
– Si el cuerpo te habla anda al médico para que te traduzca lo que está intentando decirte
Pedí ayuda
– No navegues en la culpa
– Aprendé a decir no, ahora no, después o me es imposible.
– Habla con tu(s) hijo(s) si están en edad de entender y deciles que van a tener que tener paciencia a que termines de recuperarte.

Ahora si, me voy a dormir temprano. Nada es más urgente que estar bien por una y por quienes amamos.

Nos leemos pronto.

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Fuente: este post proviene de Sisi Aiello, donde puedes consultar el contenido original.
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