Quien soy hace la diferencia

Una maestra en Nueva York decidió honrar a cada uno de los estudiantes que estaban a punto de graduarse del colegio, diciéndoles de la diferencia que cada uno de ellos había hecho.

Ella llamó a cada uno de los estudiantes al frente de la clase, uno por uno. Primero, les dijo a cada uno como ellos habían hecho diferencia en la vida de ella, y en la clase.

Luego ella los presentó a cada uno de ellos con una cinta azul, impresa con letras doradas, la cual leía, “Quien Soy Hace Diferencia.” Después de todo, la maestra decidió hacer un proyecto para la clase, para ver qué clase de impacto el reconocimiento tendría en una comunidad.

Ella les dio a cada uno de los estudiantes tres más cintas azules, y les instruyó que fueran y extendieron esta ceremonia de reconocimiento. Luego ellos debían seguir los resultados, ver quién honrar a quién, y dar el reporte a la clase en una semana. Uno de los muchachos en la clase fue a donde un joven ejecutivo en una industria cercana, y lo honro por ayudarle con la planeación de su carrera. Él le dio una cinta azul, y la puso en su camisa.

Más tarde ese día, el joven ejecutivo fue a ver a su jefe, quien tenía una reputación de ser una persona amargada, Le dijo que él lo admiraba profundamente por ser un genio creativo. El jefe pareció estar muy sorprendido. El joven ejecutivo le preguntó si él aceptaría el regalo de la cinta azul, y darle permiso de ponerla en la camisa. El jefe dijo, “Bueno !claro!” El joven ejecutivo tomó uno de las cintas azules y la puso en la chaqueta de su jefe, sobre su corazón. Y él le preguntó, ofreciéndole la última cinta, “¿Podría tomar está cinta extra, y pasarla honrando a alguien más?”

¡Imagínese! ¡El piensa que yo soy un genio creativo! Luego el me puso una cinta azul que dice, “Quien Soy Hace Diferencia.” El me dio una cinta extra y me pidió que encontrara a alguien más a quién honorar. Cuando estaba manejando a casa esta noche, Empecé a pensar acerca de a quién podía honrar con esta cinta, y pensé en ti. Quiero honrar te a ti.

Mis días son muy agitados y cuando vengo a casa, no le pongo mucha atención. Te grito por no tener buenas notas y por el desorden en tu habitación. De alguna forma, esta noche, solo quería sentarme aquí y, bien, hacerte saber que tú haces diferencia en mi vida. Junto con tu madre, eres la persona más importante en mi vida. Tu eres un gran muchacho, y Te amo! El muchacho sorprendido empezó a sollozar y sollozar, y no pudo parar de llorar. Todo su cuerpo temblaba.

Él miró a su padre y entre lágrimas dijo, “Papá, hace un rato me senté en mi habitación y escribí una carta para ti y Mamá, explicando porque me había quitado mi vida, y les pedía que me perdonaran.” Me iba a suicidar esta noche después de que ustedes estuvieran dormidos. Yo no pensé que a ustedes les importara del todo. La carta está arriba. No creo que la voy a necesitar después de todo. Su padre subió al segundo piso y encontró una carta sincera llena de angustia y dolor.

El jefe regresó al trabajo como un hombre cambiado. El no estaba más amargado, pero se aseguró de hacer saber a todos sus empleados que ellos hacen diferencia. El joven ejecutivo ayudó a muchos otros jóvenes con la planeación de sus carreras, uno de ellos era el hijo del jefe, y nunca olvidó hacerles saber que ellos hacen diferencia en su vida. En adición, el joven y sus compañeros de clase aprendieron una lección muy valiosa. “Quien eres, hace diferencia”.

Extraído de la red

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Etiquetas: DiferenciaIdentidad

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