En primer lugar, advertiros de que el metro de París apenas cuenta con estaciones con ascensor. Eso lo convierte en un problema si te mueves con carrito, como era nuestro caso. La idea de llevarnos la mochila la descartamos porque queríamos andar y hacer ruta, y con el peso de Gala a cuestas todo el día cómo que nuestra espalda ya no lo soporta tan bien. Además, en el carrito Gala aprovechaba para dormir cuando quería e iba más cómoda. Al final, nos apañábamos para subir y bajar escaleras, y si no, siempre había alguien dispuesto a ayudarte. Así que si vais con carrito, os recomiendo que contempléis la posibilidad de usar el autobús para moveros, mucho más cómodo y además, puedes ir viendo la ciudad.
Empezamos el día visitando el Campo de Marte y haciendo el típico posado ante la Torre Eiffel, y a pesar del frío y el aguavieve que caía, queríamos llevarnos ese recuerdo. Aprovechamos para subir al Carrusel con Gala, y que está justo al lado de la Torre, y después cogimos el metro rumbo a una de las tiendas que me había propuesto conocer sí o sí en este viaje, y ya irnos a comer.
Klin d’Oeil es una tienda/galería con productos de jóvenes diseñadores franceses, además de un espacio creativo donde suelen ir programando workshops y talleres. Las responsables de la tienda son dos hermanas, Emilie y Virginie, que nos atendieron de maravilla, a pesar de que justo acababan de participar en una feria y tenían mil cosas por organizar y colocar. Fueron ellas las que nos recomendaron un restaurante cercano para ir a comer. Passarito, uno de mis descubrimientos TOP de París. De reciente apertura, el local está decorado con mucho gusto además de ofrecer una carta basada en la fusión de la cocina francesa y portuguesa, realmente riquísima. Además, cuentan con trona, un menú infantil (y no son macarrones y pollo con patatas) y un espacio, al fondo del restaurante, para que los niños puedan jugar y dibujar.
Y ya después de comer, nos dirigimos hacia el espacio Le 104, un centro cultural con una ludoteca infantil para que Gala pudiera jugar un rato. La verdad es que nos sentimos como unos parisinos más, no vimos ni un turista! El edificio que alberga este centro es espectacular: paredes de ladrillo, vigas de hierro, techos altísimos, y una vidriera por donde entra muchísima luz natural que ilumina la gran pista central donde ves gente haciendo teatro, danza, malabares… Y en medio de todo, se ubica una zona infantil, con juegos de madera y libros. La ludoteca está una sala independiente, y pudimos también visitarla a pesar de que ya cerraban, pero las responsables nos dejaron pasar y Gala se lo pasó en grande. Recomiendo mucho este lugar, está fuera del circuito turístico, es gratuito, y también tiene una cafetería-restaurante perfecta para tomar algo y comer.
Y hasta aquí parte de nuestra visita exprés a París en familia. Posteriormente, cogimos un tren hasta Bruselas y nos dedicamos a explorar Bélgica, donde también hice muchísimos descubrimientos que muy pronto os mostraré en el blog. Feliz semana!