Uno de los mayores aciertos de nuestro viaje a París fueron los paseos en barco que nos hicimos varias veces por el Sena. En París, como en otras ciudades europeas, el concepto del paseo en barco fluvial ha ideo evolucionando y ahora puedes hacerte ese pequeño crucero utilizando el barco como un autobús y bajar en las diferentes paradas del recorrido para ver más cosas. ¿Cansado? pues te subes al barco y disfrutas de las vistas.
En París existen muchísimas empresas de cruceros fluviales. Algunas de ellas te ofrecen un paseo por las zonas más transitadas del Sena, otras ofrecen cenas románticas o diversión a bordo. Los precios, aunque suelen ser muy similares, pueden variar en función del tipo de menú que ofrecen o las comodidades a bordo.
En nuestro caso, queríamos utilizar el barco durante dos días para poder ver desde el agua algunos de los principales monumentos parisinos como el Museo D’ Orsay, Notre Dame, la Torre Eiffel, el Hotel de Ville etc…
Cada empresa suele tener su embarcadero en una zona concreta y por si os interesa, aquí podéis reservar con tiempo y desde su web, el Batobus, uno de los más conocidos de la ciudad. Os recomiendo eso sí, que escojáis el pase de dos días ya que cuesta solo dos euros más que el pase para una sola jornada.
Aprovecharemos el paseo en el BatoBus para disfrutar de una de las visitas obligadas de París, la Catedral de Notre Dame. Este templo se impone en la Isla de La Cité parisina y además de visitarlo por dentro, podréis subir a su cubierta para observar de cerca una de las panorámicas más bonitas y a la vez más inquietantes como es la que tienen sus famosísimas gárgolas (la cola para acceder a las torres se encuentra en la entrada lateral izquierda de Notre Dame y cuesta 8,50 euros). Además, sabed que en Notre Dame se encuentra el kilómetro cero de todas las carreteras de Francia y que si decidís verla en sábado, a eso de las 14:30 h se ofrecen visitas guiadas gratuitas en español.
Si vais con niños, siempre podréis hacer un alto en el camino y parar un ratito en el parque junto a la catedral para pasar unos minutos agradables mientras disfrutáis del espectáculo de las pompas de jabón.
Este parque suele estar un poco más despejado que la plaza de Notre Dame y puede suponer una vía de escape, aunque solo sea durante un rato, para huir del hervidero de turistas que se concentran en la plaza. Desde ahí mismo, cruzamos el puente y bajamos al embarcadero en donde podremos continuar nuestro paseo fluvial hasta la Torre Eiffel.
De la torre más famosa de Europa, Trocadero, Arco del Triunfo y zona de compras, os hablaré en próximos post. Hasta entonces, que paséis una feliz semana!
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