No me puedo creer que mañana ¡ya nos vamos de vacaciones a París! ¡Y todavía con las maletas a medio hacer!
Estos días han sido muy intensos, tenía varios encargos de hadas de verano para terminar y muchas cosas que dejar organizadas, así que no he podido publicar estos días los artículos tan esperados que pensaba (la continuación del dibujo infantil, o la despedida de nuestra escoleta Waldorf donde te explico qué vamos a hacer en primaria el próximo curso). Me quedan pendientes para la vuelta, porque en apenas 24 horas estaremos volando rumbo a la ciudad de la luz.
París es una ciudad con la que tengo ganas de reconciliarme. Desde pequeñita había soñado con ella y cuando la conocí por fin en 2009, fue una gran decepción para mí. Creo que padecí algo parecido a lo que los japoneses llaman el síndrome de París, por tenerla demasiado idealizada. Pero entonces solo estuve cuatro días y fue un corre corre todo el día agotador.
Esta vez nos vamos casi dos semanas, y tenemos intención de saborearla con más calma, sin prisas.
Viajamos haciendo intercambio de casa
Seguro que ya debes saber que viajamos habitualmente haciendo intercambio de casa. Hace un tiempo publiqué un artículo con 10 consejos para hacer tu primer intercambio de casa y recientemente aparece mi testimonio en el quinto número de Madresfera Magazine que puedes verlo on line. El artículo se llama ¡Te la cambio! y ofrece información muy completa sobre diferentes tipos de intercambio.
Nosotros seguimos fieles a la plataforma GuesttoGuest (con la misma que empezamos nuestro primer intercambio en Roma) y estamos encantados. En Europa funciona muy bien.
Tengo que decir que esta vez no ha sido tan fácil encontrar una casa en pleno centro de París que estuviese dos semanas disponibles en julio (muchas familias estaban interesadas pero en otras fechas y F. solo tiene dos semanas de vacaciones inamovibles) pero desde la web nos han ayudado un montón, ¡hasta que lo hemos conseguido! E incluso nos han invitado a pasarnos por la oficina y desayunar auténticos croissants con ellos algún día de nuestra estancia.
Esta vez intercambiamos casa con una joven familia parisina con dos niños pequeños que viven en un precioso piso en el barrio de Le Marais. Ellos probablemente vendrán a Mallorca en octubre pero no es definitivo, por eso de momento hemos cerrado el intercambio con puntos (una opción de la plataforma).
Nuestro anfitrión además es un cielo, nos ha enviado varios vídeos hechos por él mismo para explicarnos cómo llegar hasta su casa desde el metro o algunas cosas de funcionamiento doméstico (como las instrucciones para utilizar la cafetera o el wifi), y nos deja la nevera repleta de exquisiteces para nuestra llegada, incluida una botella de champagne francés (¡todo esto lo hemos visto por vídeo!).
Mi lista de deseos en París
Se está convirtiendo en tradición en el blog hacer una lista de mis deseos para las vacaciones así que este año no podía ser menos. El verano pasado cuando viajamos a Oslo fue muy agridulce para mí por el momento triste en el que me encontraba. Este verano, en cambio, me siento renovada y con mucha más alegría y luz interior, así que pienso disfrutar las vacaciones desde el entusiasmo y el disfrute.
Aquí van mis deseos, algunos son muy obvios, como te puedes imaginar, porque en París hay tanto para ver y para maravillarse… (las fotos son de nuestro último viaje en 2009).
La Torre Eiffel de día y de noche:En el salón de casa tenemos un gran cuadro con la torre Eiffel y Sunflower desde bien pequeñita nos está diciendo que quiere ir a esa torre. Al final su deseo se verá cumplido… Ya tenemos las entradas compradas para verla de día y también la disfrutaremos iluminada de noche. Y algo que hemos prometido a los abuelos es que les enviaremos una postal desde la oficina de correos que hay en la misma torre.
Subir a ver las gárgolas de Notre Dame de cerca y también a lo alto del Arco del Triunfo para contemplar la impresionante panorámica de los Campos Elíseos, la que dicen es la avenida más bonita del mundo.
Visitar la ópera de París y también el museo Rodin (visitas pendientes de mi viaje anterior y que me hacen especial ilusión).
Disfrutar del ambiente bohemio de Montmartre con más tranquilidad. Además F. y Sunflower van preparados con sus cuadernos de dibujo ¡y ambos tienen mucho talento!
Pasear en barco por el Sena. El verano pasado paseamos muchísimo en barco por el fiordo de Oslo ¡y Sunflower lo disfrutó tanto! Así que no dudamos en desplazarnos por los famosos Bateaux Mouches del Sena.
Hay además dos cosas con las que soñaba de pequeña sobre París: las vidrieras de la Saint Chapelle (que conocí en mi anterior viaje pero pienso repetir) y la sala de los espejos de Versalles. Tenía ganas de ser mayor para poder ir a verlas, pues sabía que mis padres no me llevarían nunca. Se lo he explicado a Sunflower y no para de decirme que tiene muchas muchas ganas de ir a ver las ventanas de colores ¡y a mirarse en los espejos!
Otra de las cosas con las que soñaba de jovencita era con hacer un picnic francés en el famoso bosque de París, Bois de Bolougne, que siempre aparecía en mis libros de francés del instituto. Ese será otro sueño cumplido.
Seguro que visitaremos muchas cosas más imprescindibles como el Louvre, los jardines de Luxemburgo, Los Inválidos o el Petit Palais y el Grand Palais, e incluso buscaremos la estatua de la libertad parisina, que es otras de las cosas que Sunflower quiere ver con muchas ganas, pues la vio en nuestras fotos de luna de miel en Nueva York y F. le explicó que podría ver una igual en París.
No podemos irnos de la ciudad de la luz sin encontrar un caché francés (esto de ser aficionados al geocaching nos divierte mucho, te expliqué de qué se trata este juego internacional aquí).
¡Y tampoco sin comer crepes, croissants y macarons! Tampoco renunciamos a ver la vida pasar desde un café… Oh là là!
Algo que NO haremos es ir a Disney. No por muchas razones, pero una de ellas es que queremos ofrecerle a Sunflower experiencias reales de la vida, enseñarle las maravillas auténticas del mundo, que hay muchísimas. No somos partidarios de llevarla a un mundo de plástico, artificial y disfrazado, pensado en ser un mero negocio lucrativo sin valor, que además desvirtúa por completo el sentido de los verdaderos cuentos de hadas (en este post por cierto te hablaba de los cuentos de hadas), y luego vendérselo como si fuese lo más maravilloso del mundo. Tengo que decir que cuando digo esto en voz alta me he sentido juzgada, como si no llevar a tus hijos a Disney una vez en la vida te convierta en mala madre. En mi familia cercana incluso lo he sentido, cuando rechacé una colaboración con Eurodisney, pero por muy buena que fuese, no sería honesta conmigo misma. Es lo que supone tener un pensamiento propio y diferente al resto, aunque cada vez lo voy llevando mejor…
Por último, tenemos un montón de planes para hacer con niños que incluyen ciudad de las ciencias, de historia natural (¡dinosaurios de verdad!), tiovivos históricos, jugueterías de época o míticas librerías para ir en busca y captura de algún nuevo libro mágico.
Y por supuesto, como solemos hacer, todo nuestro viaje lo compartiremos contigo a través de nuestro Instagram, ¿ya nos sigues por ahí?
Mañana dejo programada una publicación muy especial en el blog a modo de despedida vacacional con una sorpresa muy chula, que no te puedes perder. ¡Ah! Y además por tener unos días el Atelier sin servicio de envío hasta finales de mes, te haremos un regalito por tus compras (una esfera de feng shui, un llavero de Grimm’s o un cuento mágico).
¡Nos vemos en agosto!
Pero antes cuéntame…
¿Has estado en París? ¿Te gustó?
¿Nos recomiendas algo especialmente?
Nos faltan ideas de sitios para comer, buenos, bonitos y baratos…
(El dibujo de portada es de F. de nuestro último viaje en 2009)
Être Parisien, ce n’est pas être né à Paris, c’est y renaître. – Sacha Guitry (Ser parisino no es haber nacido en París, sino renacer allí.)
Aguamarina