Queremos que nuestros hijos sean “los mejores” a nivel profesional, pero sabemos que para ello es fundamental que sean felices. Está fórmula será clave para que se puedan desarrollar al máximo en sus trabajos. Si descubren su talento y lo desarrollan, sea cual sea, tendremos hijos adaptados, motivados y exitosos. Lo importante es que encuentren su sueño y nuestra labor debe ser de acompañamiento en el camino hacia su objetivo.
Actualmente hay una gran variedad de opciones, tanto profesionales como formativas. Lo primero será averiguar, partiendo de sus intereses, qué es aquello en lo que le gustaría trabajar cuando acabe los estudios o qué otras alternativas le gustaría emprender. Y en base a ello ver los diferentes caminos que pueden tomar.
Las profesiones están cambiando; cuando hace años oíamos hablar de SEO, SEM o programador de drones, nos sonaba a ciencia ficción, pero actualmente son de las profesiones más demandadas en el mercado laboral. Como podemos ver en este artículo del periódico Expansión, donde nos habla de las profesiones de futuro.
Estamos viviendo una revolución laboral y no solo a nivel de puestos de trabajo, sino a nivel de contratación. Entrar a trabajar en una compañía y jubilarnos en la misma es algo que ya no se realiza en la mayoría de los casos. Por tanto, es importante que nuestros hijos se formen a nivel global, adquiriendo conocimientos que puedan adaptar en el futuro, ya que es posible que, en unos años,la profesión que estén desempeñando deje de ser necesaria, y tengan que reinventarse.
Tenemos la premisa de que los que han obtenido buenas notas en bachillerato deben estudiar una carrera universitaria, y los que no, deben ir a ciclo formativo. Durante muchos años, los ciclos han estado por este motivo desprestigiados. Actualmente esto ha cambiado, y la gran variedad y calidad de ciclos formativos nos abre un abanico de posibilidades que hace años no teníamos. En la web de la Comunidad de Madrid, se nos facilitan las diferentes opciones que existen en la actualidad ( http://www.madrid.org/fp/).
La gran diferencia radica en que los ciclos formativos, tanto medios como superiores están más enfocados a una formación práctica e integrada en la empresa. Lo cual no quiere decir que nuestros hijos vayan a encontrar trabajo antes, sino que dependerá de las competencias personales y de su motivación, que harán que acaben con éxito tanto un ciclo como una carrera universitaria.
Esta diferencia en el enfoque práctico lo vemos reflejado en que los ciclos formativos incorporan un módulo obligatorio de Formación en Centros de Trabajo (FCT) que se desarrolla en las empresas. Su objetivo es poner en práctica la formación adquirida en el centro educativo en un medio productivo real. Se realiza durante el segundo curso y tiene una duración de 370h (alrededor de 3 meses). Al finalizar el ciclo formativo, obtienen la titulación de Técnico superior, y están preparados para acceder al mundo laboral.
En la mayoría de los grados universitarios, las prácticas en la empresa no son obligatorias, y en los pocos grados en los que son obligatorias, la duración es la misma que en los ciclos, y se realizan en la mayoría de los casos, en el último año de grado.
Los ciclos más demandados y con mayor índice de contratación en el año 2016 fueron los relacionados con la familia de Administración y Gestión en especial el CFGS de Administración y Finanzas con más de 100.000 contrataciones en 2016, y la familia de informática en especial el CFGS de Desarrollo de aplicaciones multiplaforma con más de 18.000 contrataciones.
Desde hace unos años se ha implantado el sistema de Formación Profesional dual que combina la enseñanza en el centro educativo con prácticas en empresas. Por lo que alrededor de un tercio del curso se desarrollará en el centro, mientras que los dos tercios restantes tendrán lugar en la empresa. Durante el tiempo que esté trabajando en la empresa, se realizará un contrato de trabajo para la formación y el aprendizaje, donde el estudiante recibirá una remuneración entre 300 y 500 dependiendo de cada Comunidad Autónoma.
En relación a las carreras universitarias, las más demandas a nivel laboral son el grado en Administración y Dirección de Empresas, y los grados en Ingeniería Industrial e Informática, frente a las titulaciones vinculadas con el área de Humanidades. Los conocimientos técnicos ofrecen más oportunidades laborales, pero la especialización ahora es imprescindible, dado que actualmente con la implantación del Plan de Bolonia ha desaparecido la diferenciación entre licenciados y diplomados o entre Ingeniero Superior y Técnico.
Según el estudio realizado por Infojobs, el porcentaje más elevado con respecto al nivel formativo que solicitaban las empresas durante el año 2016 en su plataforma fueron: 30% Estudios Básicos, 8% Sin estudios, 3% Otros, 13% Bachillerato, 25% F. Profesional, 21% Universitarios.
Por lo que al final, antes de que nuestros hijos tomen la decisión de estudiar un ciclo o un grado, lo más importante es ayudarles a clarificar cuál es su objetivo profesional, sus competencias, y sus motivaciones y en base a ello, valorar las diferentes opciones dentro de las carreras universitarias o los ciclos formativos. También, podemos apoyarnos en el orientador del colegio o del instituto que nos ayudará a valorar los puntos fuertes y débiles y orientar a nuestros hijos.
Por último, no debemos olvidar que, si comienzan una carrera o ciclo y no cumple con sus expectativas, siempre pueden reorientarse. Muchos estudiantes que comienzan un ciclo, continúan especializándose con un máster, otro ciclo, o incluso con un grado. Lo importante es que vuestros hijos e hijas se sientan acompañados en este camino, pudiendo así ayudarles a lograr su sueño profesional, recordándolas valores como el esfuerzo, constancia y superación diaria para tener éxito en la vida.
Meritxell Breto Valles
Orientadora Laboral
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