En otros casos, lo que puede paralizar son las características específicas de la personalidad del hijo (timidez, por ejemplo) o condiciones especiales que requieren de una atención extra. En cualquier caso, los expertos en psicología infantil se han pronunciado a favor de los campamentos de verano de manera reincidente. Pero, ¿son realmente buenos los campamentos de verano para mis hijos …todos?
Los beneficios de acudir a un campamento de verano para los niños
No hay un solo psicólogo que no vaya a recomendar acudir a un campamento de verano a un niño debido a que sus beneficios son enormes a nivel de aprendizaje:Aprendizaje práctico y resolutivo en situaciones sociales.
Creación y mantenimiento de hábitos saludables y, a menudo, un aprendizaje más profundo acerca del medio ambiente y la necesidad de la sostenibilidad a largo plazo.
Habilidades comunicativas y de resolución de conflictos con su grupo de pares.
Convivencia que desemboca en una mayor empatía y aceptación de la diversidad. Asimismo también es fundamental para el desarrollo de la cooperación y el trabajo en equipo.
Los campamentos de verano son buenos…siempre y cuando se elija bien
Las relaciones sociales son imprescindibles en la vida del futuro adulto ya que este código de conducta que aprenda durante la infancia será el que se mantenga en la edad adulta y, cuantos más recursos adquiera durante estas primeras etapas, más fácil le será sentirse integrado y parte del entorno sin sentirse agredido.No obstante, se recomienda que impliquemos a nuestro hijo en la toma de decisión de acudir a un campamento de verano. Para ello, deberemos ser conscientes del perfil de nuestro hijo y de nosotros mismos para poder elegir un campamento en el que él se pueda sentir cómodo (a nivel socioeconómico, lúdico y etcétera).
De nada sirve que un campamento tenga una gran fama cuando el niño va a sentirse a disgusto.
Sucede, por ejemplo, cuando los padres envían a sus hijos a campamentos en los que el resto de niños tienen un nivel socioeconómico superior al del niño o en los casos en los que se opta por un campamento deportivo sin que el niño esté demasiado interesado por el deporte.
En conclusión, nuestros hijos pueden disfrutar mucho de esta experiencia y, si les gusta, seguramente querrán regresar año tras año. Sin embargo, los padres deben analizar quién es su hijo antes de embarcarse en una búsqueda del campamento de verano.
El mayor error que se puede cometer es que dejemos de lado sus necesidades, anteponiendo lo que nosotros mismos hubiéramos querido en un pasado.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro blog)