Cuando te piden un abrazo y lo das con todo el corazón, cuando te dan un beso y tú se lo devuelves, cuando te dan la mano y te sientes flotando. Cada gesto de estos pequeños que nos rodean nos llenan de felicidad, de alegría, de ternura y de cuantas emociones más todas juntas y a veces revueltas.
Cuando te dicen por primera vez, “mamá/papá te tero”, te mueres de amor.. ¿verdad?.
Increíble sensación y no sabes muy bien si lo dicen porque te lo han oído, porque lo siente, pero no lo entienden o porque realmente entienden lo que están diciendo.
Poco a poco ese “Te quiero mucho” es cada vez más intenso, con más significado y además, lo dicen de manera sincera, sin miedos, sin vergüenza, porque es lo que sienten.
La pasada noche mi hijo mayor me preguntó:
– Mamá, ¿Dónde está tu corazón?
– Aquí – le dije poniendo su mano en mi pecho.
– Y, ¿Dónde está el mío?
– Aquí – le dije señalando el lado de su pecho donde está el corazón.
Se puso la mano en él y con un gesto me dijo:
– Mamá te doy mi corazón – pasando su mano de su pecho al mío.
Y entonces, te quedas mudo, sin saber que decir, sin saber cómo ha podido pensar algo tan bonito él solo y además, ¡te lo está diciendo a ti!.
Increíble sensación.
Le respondí, “y yo te doy el mío cariño”.
Sonrió y me dio un abrazo y terminé de vestirlo después del baño.
Increíbles palabras de un niño de 4 años, que te ponen la carne de gallina, te llenan de ternura y te hacen abrazarlo casi hasta el día siguiente.
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