El día del niño es un día especial y de fiesta para chicos y grandes. Los peques lo esperan y disfrutan tanto que contagian de alegría a los mayores y. es cierto, nada nos hace más feliz que ver feliz a un niño (máxime si se trata de nuestros hijos)
Pero ¿sabían que el día del niño tiene un origen no tan festivo como lo celebramos ahora, ni en todos los países lo celebran el 30 de abril, como en México?
Insititucionalizar el "día del niño" se debió a varios factores, principalmente a que durante la Primera Guerra Mundial se vulneró a muchos niños y su infancia.
"Una de las primeras activistas sobre este tema fue Eglantyne Jebb, fundadora de la organización Save the Children, quien con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja, impulsó la adopción de la primera Declaración de los Derechos de los Niños. Esta declaración fue sometida para su aprobación ante la Liga de las Naciones, la cual la adoptaría y ratificaría en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, el 26 de septiembre de 1924.
Al año siguiente, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, llevada a cabo también en Ginebra, se declaró, por primera vez, el Día Internacional del Niño, señalando para tal efecto el 1 de junio."
Ya en 1954, la ONU recomendó a todos los países instituir un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos celebrar dicho día. En Colombia se celebra el último sábado de abril; en Paraguay, el 31 de mayo y en Venezuela, el tercer domingo de junio.
En México, tras firmarse la Declaración de Ginebra, siendo presidente Alvaro Obregón, se establece el 30 de abril como el día del niño.
Así que en esta fecha, además de celebrara, valdría le pena reflexionar ¿qué hacemos en realidad por la infancia?
Una infancia sana
Ya saben. Ser mamá me ha dado más consciencia que en los 35 años que tenía antes de serlo. Por eso me gusta enfocarme y compartir contenidos que propongan y puedan ayudar a mejorar no sólo nuestro bienestar, sino a la humanidad (sí, aunque sea como un granito de arena en la inmensidad del mar. Soy ambiciosa en ese sentido)
Así que la propuesta para este 30 de abril es celebrarlo de una manera más saludable. ¿Se animan?
Ammmm, no. No incluye dulces, ni juguetes... pero sí, hábitos que podemos regalar para toda la vida. Como siempre digo: los buenos hábitos por la casa empiezan, así que vamos a enfocarnos en eso con lo que muchas mamás batallamos: la comida.
Y es que no es nada bonito que México sea el país con más niños con sobrepeso y obesidad ¡del mundo! :( ¿o sí?
Por eso mi empecinamiento contra los alimentos procesados, etiquetados como "saludables", pero llenos de aditivos y azúcar. Y les comparto algunos tips para darle la vuelta a esto, en lo que el gobierno toma cartas en el asunto (si es que lo hace algún día).
¿Por dónde empezar?
1. Predicando con el ejemplo. En serio, como adultos y papás, es nuestra obligación y responsabilidad enseñar a los niños hábitos saludables. No le toca al gobierno, no le toca a la escuela, no le toca a la abuelita... sí, lo ideal es que en todos los entornos haya congruencia, pero que en casa sea lo común, nos toca a nosotros. Recuerden que si ustedes como adultos no tienen buenos hábitos, no esperen (ni reclamen) que sus hijos tampoco los tengan
2. Desintoxica tu alacena: Nunca está de más echarse un clavado a revisar las etiquetas de los alimentos que mantenemos en la alacena, pensando que nos nutren. En el post anterior, les explicaba a detalle el asunto.
3. Sustituye los "juguitos y lechitas" por alimentos reales sin aditivos. Yo no estoy en contra o a favor de la leche de vaca y, mucho menos, voy a juzgar si es buena o mala. Cada cuerpo es diferente. Lo que sí me molesta es que les den a los niños estas bebidas azucaradas pensando que los nutren, cuando contienen muchos aditivos que a la larga los hacen subir de peso y enfermar. Es obvio que si le dan una cajita de leche con azúcar, el día que pruebe la leche en su estado natural, no le va a gustar.
4. Verduras, verduras y más verduras. Ya sé. "Las verduras saben feo", "no me gustan", "me da flojera lavar, desinfectar y picar", "aunque yo coma, mis hijos no las comen", etc. etc. Todas me la sé, porque he pasado por todas (o casi todas). En efecto, a los niños no les gustan, porque ellos buscan más los carbohidratos o alimentos que les den la energía para jugar y las verduras, pues están en el último lugar de su lista de prioridades. Pero no hay que desistir, intentemos incluirlas en licuados, panes, darles sabor con sal y limón, aceitito de oliva y disfrutarlas. Y algo muy importante es que nos vean comerlas ¡y disfrutarlas!
5. Ni premio ni castigo: Jamás hay que premiar o castigar con la comida. Y mucho menos, negociar verduras por dulces. Recuerden, estamos creando un hábito, no haciendo sacrificios.
Nunca olviden que cuando comemos también creamos vínculos y recuerdos. Eviten regañar, castigar, pelear, o cualquier otro acto negativo en la mesa. Comer es una bendición y también un acto de amora que no sólo nutre al cuerpo.
Una receta fácil, rápida, nutritiva y deliciosa
Si a sus hijos les gustan poco algunas frutas en su estado natural, buscar dárselas de otra manera, se vale. Yo así hago con el mamey, plátano, fresa y mango.
Las meto al congelador en trozos y luego las proceso en mi Vitamix con yogur natural y un poco de miel, para hacer paletas.
Con el plátano congelado, agregar chocolate en polvo (cacao sin azúcar) funciona de maravilla. Hay moldes de paletas o si no los tienes, puedes usar vasitos de plástico con un palito en medio.
¿Qué otros alimentos sanos les preparan a sus hijos?
Que disfruten mucho este día y también consientan a ese niño que todos llevamos dentro. Nos leemos pronto.