Viernes
En la guardería de Martina, habían preparado un taller de Navidad con Papá Nöel y sus duendes, para que los padres y los pequeños pasáramos media hora juntos haciendo manualidades.
Se podía escribir la carta a Papá Nöel, hacer una estrella con palos de helado de colores, un árbol Navideño con pajitas, platilina, cartulina verde y pegatinas y una campanita con cápsulas de café vacías y una cinta de raso.Martina escribió sóla su carta. No no sabe escribir, pero pintarrujeó un folio con rotuladores (le encantan los rotuladores, lo malo es que a veces no sólo pinta en el papel y sino que se lo digan a las paredes de mi casa) y escogió los recortes de revista con juguetes que más le llamaron la atención para pedirle a Papa Nöel lo que quería.
Del resto de actividades nos decidimos por el Árbol de Navidad, porque en cuanto vio las pegatinas y las pajitas, no puede separarla de ese rincón. Yo sólo le ayudé a doblar y hacer el agujero a la cartulina, el resto lo decoró ella solita.
Cuando acabamos, nos fuimos las dos felices a buscar a "tata" (que es como llama Martina a su hermana) al cole porque allí nos esperaba una super merienda de chocolate con churros. Por un euro, te servían una taza de chocolate caliente con 2 churros. El dinero que se recaudó fue a la asociación de "Bomberos ayudan". Es una iniciativa del colegio de Daniela que me encanta, así enseñan a los niños a ser solidarios.
No tengo fotos de este momento y es que me dediqué la mayor parte del tiempo a recoger el chocolate que tiraron, a limpiar las cazadoras, las mochilas, la ropa, ¡un desastre! Así que no me dio tiempo a sacar el móvil para inmortalizar el evento.
Pero el viernes no acabó aquí, no...Luego fuimos a piscina con Daniela y después todavía le quedaban energías para ir a la guardería (donde vamos a la piscina tienen una guardería para que los niños jueguen y pasen un rato genial mientras los padres disfrutan de actividades deportivas o acompañan a otro hermano a sus clases) a jugar un rato y hacer su postal navideña con plastilina.
Normalmente los viernes después de la piscina, salimos con las peques a cenar fuera de casa, pero yo estaba tan cansada (por ellas hubieran seguido la fiesta, ¿es que nunca se cansan?) que preferí hacer pizza casera en la que toda la familia participamos.
Sábado
El sábado teníamos por la mañana cumpleaños de 4 compañeros de clase de Daniela, y como donde se celebraba quedaba muy cerca de casa, decidimos ir en metro porque a las niñas les encanta.
Aquí están las dos emocionadas mientas esperábamos en la parada, ¿no son adorables? (Si, ya lo sé soy su madre y no soy nada objetiva)
Y mientras la mayor, saltaba como una loca en el parque de bolas y bailaba sin parar, la pequeña decidió que prefería algo más tranquilo, que los mayores son muy peligrosos. Así que se decidió por las pinturas (¿recuerdas que te he contado que le encantaba pintarrajear?)
Como colofón final del sábado, nos fuimos con los primos a cenar pato laqueado a un restaurante de la zona. Bueno, ellas prefirieron tomar teppanyaki de solomillo que les va más esa "chicha".
Le hice a Martina esta foto, porque esta trona estilo oriental me enamoró y ella estaba encantada en su "sillita especial", ¿no te parece una chulada?
Domingo
El sábado le había prometido a Daniela que pondríamos el árbol de Navidad, pero con tanta actividad social al final los padres no teníamos fuerzas para montarlo.Así que le prometí que el domingo a primera hora, era lo primero que íbamos a hacer. ¿Quién me mandaría a mi pronunciar semejante frase?
Y como la niña tiene una memoria que ni los elefantes, lo primero que me dijo cuando se levantó a eso de las 8:00 de la mañana, fue que teníamos que poner el árbol.
Así que a esas horas en pijama, zapatillas y una cazadora para no morir de frío, bajamos madre e hija al trastero a coger el árbol y el baúl con los adornos navideños.
La cara de Daniela lo dice todo: "Je, je, por fin lo he conseguido"
Y así es como quedó nuestro árbol una vez que lo decoramos. Por cierto, no sé si lo aprecias en la esquina superior izquierda del árbol pusimos uno de nuestros pompones rojos, el resto se los han llevado las abuelas para su árbol, así que tendré que hacer más para nosotros.
Un madrugón como ese, teniendo en cuenta que el sábado nos habíamos acostado sobre la 1 de la madrugada, se merecía una siesta de mínimo 3 horas.
Como las niñas se levantaron cerca de las 8 de la tarde, y porque las despertamos, decidimos hacer merienda-cena con chocolate y churros y después ver una peli. Sí, creo que en mi casa tenemos un problema con el chocolate, ¡no nos puede gustar más!La peli elegida fue "Inside Out" de los estudios Pixar que si no la has visto, te la recomiendo totalmente, ¡nos encantó!
Y yo creo que para un fin de semana, ha sido más que suficiente, ¿no? Yo creo que he empezado la semana ya cansada.
Si te apetece recordar más momentos mágicos en nuestra familia, sólo tienes que pulsar en el enlace anterior.
TU TURNO: ¿A ti también te gusta el chocolate tanto como a nosotros? ¿Tu fin de semana también ha sido así de intenso?
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