Estoy cansada de estuchar que la formación profesional superior de educación infantil es lo más fácil del mundo, que no se hace nada y que únicamente sirve para tener un título colgado de la pared. Probablemente, muchos de los que piensen este tipo de cosas se llevarán una sorpresa cuando tengan que hacer las prácticas en algún centro de educación infantil (si es que llegan, claro).
Puede que la FP de educación infantil no sea una carrera de medicina o ingeniería, pero lo que es realmente duro (aunque muy reconfortante) es el trabajo diario en las escuelas infantiles y aplicar toda la teoría aprendida en las clases. Hay alumnos que llegan a su segundo día del periodo de prácticas y abandonan porque no es lo que ellos se esperaban. Se dan cuenta de que hay que esforzarse al máximo.
Más orientación académica real en los institutos
La típica frase voy a estudiar la FP de educación infantil porque es lo más fácil desaparecería si en los centros educativos hubiera una buena orientación académica. Se debe asesorar e informar a los alumnos correctamente sin infravalorar a ningún tipo de estudio. ¿Qué ocurriría si un estudiante escoge matricularse en educación infantil y llega a las prácticas y no quiere seguir porque es mucho trabajo? Que habrá perdido casi dos años de su tiempo.¿No sería más fácil explicar a los estudiantes todo lo relacionado con la educación infantil? Y con todo lo relacionado no solo me refiero al plan de estudios de la FP o de la carrera universitaria, si no a hablarles de las prácticas y del trabajo real y auténtico que se lleva a cabo en las escuelas infantiles. De esta manera, los alumnos tendrían más claro en qué consiste la educación infantil y pensarían si de verdad quieren estudiar eso.
La FP de educación infantil no es solo un título más
Yo estudié la formación profesional de grado superior de educación infantil y no solo es un título más. Como os comentaba antes, está claro que no es una carrera de medicina, pero también hay que esforzarse. En mi caso, tuve que hacer bastantes trabajos y ejercicios prácticos que los docentes se tomaban muy en serio a la hora de evaluar. No son cuatro años de estudio, sin embargo, no significa que no tenga ningún valor.Y digo lo de que no tiene ningún valor porque en muchísimas ocasiones he escuchado decir a la gente que la FP es para las personas que no se quieren esforzar en obtener una carrera universitaria o simplemente para aquellos alumnos que siempre han ido mal en su carrera académica. Me pregunto por qué habrá tanta desinformación y odio acerca de esta alternativa a la universidad tan perfectamente válida.
Futuros educadores infantiles de vocación y con pasión
La educación infantil no solo consiste en estudiar mínimo dos años y tener un título colgado de la pared. Quizás, aprobar la FP no es demasiado complicado, pero lo duro viene después en las escuelas infantiles. Este ámbito no necesita alumnos que no quieran esforzarse y que únicamente se han matriculado para hacer algo y evitar que sus padres les regañen.La educación infantil necesita futuros educadores de vocación y con pasión. Personas que de verdad vivan la infancia, que quieran luchar por mejorarla y que den la mejor versión de sí mismos en las aulas con los niños y las familias. Personas sensibles, valientes, de buen corazón y que estén dispuestas a remangarse y superar obstáculos si es necesario.
¿Pasa algo si hay educadores infantiles sin pasión en las aulas?
¡Pues claro que pasa! Si hay educadores infantiles a los que no les gusta su trabajo transmitirán muchísima negatividad a los niños y harán sus días muy complicados. Mucha gente piensa que los peques no se dan cuenta de las cosas y que no comprenden, pero sí que son conscientes de cuándo están con una persona que les quiere y les sonríe cada día dentro de las escuelas infantiles.Así que, yo creo que es mejor reflexionar sobre la elección de estudios y no tomarse la educación infantil a la ligera. Si se escoge este trabajo porque se piensa que es lo más fácil del mundo y porque es lo que menos esfuerzo requiere, se haría muchísimo daño a los niños. Además, ¿qué sentido tiene elegir unos estudios que realmente no gustan y por los que no se siente emoción ni pasión alguna?