La maternidad, los cuarenta y los restos de huracán.

Yo creo plenamente en las cremas antiedad, antiarrugas, anticelulitis y anti todo, soy una persona bastante escéptica en general, pero en cuestión de cremas me dejo guiar ciegamente por todas las estadísticas de los prospectos (que además leo religiosamente). Porque siendo realista cualquier otra terapia antiedad está lejos de mi alcance (y tampoco creo que la cirugía o el botox fuese una buena solución, sólo hay que ver algunas portadas de Hola para darse cuenta), pero las mujeres, las madres, de más de cuarenta necesitamos confiar en que algo haga que nuestras arrugas, manchas, celulitis se frene, no pedimos más, con que se quede como está es suficiente :-)


Porque cumplir años mola, pero las arrugas no. Cumplir años de hace más segura, tranquila,(madura??), te hace distinguir mejor lo que es imprescindible, valorar más lo realmente importante y perder muchas vergüenzas también :-). Pero todo esto viene irremediablemente acompañado de una serie de daños colaterales... mucho, mucho peor que el primer día que un niño te dice eso de "señora, tiene hora" y miras a los lados hasta darte cuenta de que la "señora" eres tú..., mucho peor es el día en que ves la primera cana (AARRGGHH emoticonos del grito de Munch), y tú claro, te la arrancas enseguida y haces como que "aquí no ha pasado nada", pero ellas persisten y vuelven y tú que estabas feliz de tener tu melena natural después de haber pasado por la permanente Richie de los 80, las mechas y los cardados a lo Sensación de Vivir de los 90 y tintes extraños que te recomendó tu amiga de facultad, descubres que a partir de ahora, tu vida irá irremediablemente ligada al tinte :-(.


Otro día tu hija te dice "mira, tu culo es blandito" (esa adorable criatura no sabe que ella es en parte la culpable de que tu culo ahora efectivamente sea "blandito") o mi preferida "mami, la piel de tus piernas parece pan de Focaccia", sí, señores publicistas, la piel de naranja ahora se llama "pan de Focaccia"... actualicen el término...
Y justo cuando asumes tu culo blandito, tus canas y las arrugas (es que soy una persona feliz y me he reído mucho piensas en tu defensa...) un día levantas el brazo para saludar y notas que algo se mueve y es TU BRAZO!!! y te aterrorizas claro, porque piensas que eso NUNCA JAMAS iba a pasarte a tí, eso le pasaría a otras, no sé, a otras que no se cuidan, que tienen una genética predispuesta para brazos fofos, que desayunan los donuts que tu te has prohibido siempre..., qué se yo, pero NO a tí, y resulta que nos pasa a TODAS (más gritos de Munch).

Cuando cumples cuarenta, tus hijos con suerte tienen alrededor de diez años, así que es el momento de verte de nuevo y comprobar los "restos del huracán" :-). Empiezas a entender que fuiste madre con treinta, que llevas más de diez años durmiendo menos, arrastrando carritos, bicicletas, patines, tirándote en el suelo a jugar con piezas de lego, comiendo a toda prisa para llegar a las extraescolares, que dejaste los tacones a un lado con el primer bebé (correr por el parque y los tacones es sólo apto para diosas de Vogue o Victoria Beckhan), que cambiaste el bolso por una mochila donde caben hasta las meriendas de los retoños, que cada vez que vas de compras (con lo qué te gustaba a tí estrenar ropa nueva...) acabas irremediablemente en la sección de niños. Y que tú, que llenabas tu neceser de las mejores cremas, acabas planteándote si probar la anticelulítica del supermercado :-). Que parte de tu ropa interior es de Primark (horror, ahora hasta la braga faja de Bridget Jones no te parece tan mala idea...) y que tu armario empieza a parecer vintage, pero de verdad, porque casi todo tiene más de diez años :-). Que si un día te propones salir (porque evidentemente ya no sales cada fin de semana) no sólo no tienes NADA de ropa para salir (!!!) si no que empiezas a revisar blogs de moda como una loca para saber "qué se lleva"... Y esos chicas, son los restos del huracán...

Así que cuando Lookfantastic.es , un portal donde comprar las mejores cremas del mundo mundial me envió un mail para una posible colaboración, dije por supuesto que sí, claro que yo estoy dispuesta a probar una crema antiarrugas y dos y tres y todas las de su web si hace falta :-)
Porque la maternidad es una carrera de fondo, es dura, es difícil, es maravillosa, pero también es sacrificada y hace que nos olvidemos de nosotras y eso es estupendo, nos hace menos egoistas y mejores personas. Pero ahora que mis hijas ya no requieren tanto tiempo, toca volver a cuidarse, volver a disfrutar estrenando ropa, recuperar aficiones, salir a correr, pasar tardes leyendo sin remordimientos, y volver a las cremas buenas de verdad. Por ahora a StriVectin (gracias a Lookfantastic) de la que por supuesto me he leído el folleto enterito y si todo lo que dice es cierto, estoy lista para el próximo huracán :-)