4 Síntomas Respiratorios Crónicos en la infancia

Los síntomas respiratorios crónicos consisten en aquellos síntomas respiratorios que puede presentar un niño de forma recurrente o persistente durante largos períodos de tiempo, como son las sibilancias, la tos y el estridor; por otro lado, pueden no haber síntomas pero si observarse infiltrados pulmonares persistentes o recurrentes.

Establecer la causa de los síntomas respiratorios crónicos tiene una gran dificultad en vista de que pueden deberse a procesos infecciosos agudos no relacionados entre sí que ocasionen patologías recurrentes o por el contrario, pueden deberse a un único proceso fisiopatológico que le da origen.

Síntomas respiratorios crónicos


Una forma sencilla que pude resultar útil en el manejo de los niños con síntomas respiratorios crónicos es el manejo sistematizado, que consiste en identificar si los síntomas corresponden a un proceso sin importancia o representa un riesgo vital, determinar cuál es el mecanismo fisiopatológico más probable, escoger el tratamiento más eficaz, que casi siempre consiste en el tratamiento de los síntomas y evaluar la evolución del paciente; si dichas medidas no funcionan, será necesario realizar pruebas más invasivas para poder determinar el origen de las manifestaciones.

Valoración de la gravedad de los síntomas respiratorios crónicos:

Hay una serie de condiciones, las cuales indican que un niño tiene una afección de las vías respiratorias que puede poner en peligro su vida, como son las siguientes:

Cianosis.

Fiebre persistente.

Hipercapnia.

Limitación continua de la actividad.

Antecedentes familiares de enfermedad pulmonar hereditaria.

Retraso del crecimiento.

Anomalías persistentes de las pruebas de función respiratoria.

Falta de progresión de peso.

Infiltrados radiográficos refractarios.

Acropaquias digitales.

Hipoxemia importante y mantenida.

Taquipnea persistente.

Hiperinsuflación persistente.

Expectoración purulenta crónica.
Si ninguna de las condiciones previamente nombradas está presente, entonces el proceso suele ser benigno; como es el caso de los lactantes activos, bien nutridos y con un crecimiento adecuado, que a pesar de tener alguno de los síntomas respiratorios crónicos presentes, no hay otras alteraciones ni en el examen físico ni en los estudios de laboratorio. En estos casos sólo es necesario indicar tratamiento sintomático y calmar a los padres.

Aún así, algunas veces, hay síntomas de aspecto benigno que están poniendo en evidencia un problema grave de las vías respiratorias inferiores.

Hay otras situaciones, en donde los niños sufren episodios recurrentes de riesgo vital y que en los intervalos pueden o no haber síntomas, como es el caso de los niños con asma desencadenada por infecciones respiratorias.

Síntomas respiratorios crónicos más frecuentes:

Tos recurrente o persistente.

Sibilancias recurrentes o persistentes.

Estridor de recurrencia frecuente o persistente.

Infiltrados pulmonares recurrentes y persistentes.
1.- Tos recurrente o persistente:

La tos es un mecanismo reflejo de las vías respiratorias inferiores que se activa debido a la estimulación de los receptores de irritantes o de la tos que se encuentran localizados en la mucosa de las vías respiratorias, lo que en pocas palabras quiere decir que es un mecanismo de protección.

La causa más frecuente de tos en la edad pediátrica es la hiperreactividad de las vías respiratorias, es decir, el asma bronquial.

En el estudio de un niño que presente tos recurrente y persistente, se debe tener en cuenta que no siempre la causa de la misma es pulmonar y esto es debido a que hay receptores de la tos en los senos paranasales, faringe, estómago y conducto auditivo externo.

Hay varios estímulos específicos de las vías respiratorias inferiores que producen tos, como: las partículas de polvo, secreciones excesivas, gases nocivos inhalados, sustancias extrañas aspiradas y respuesta inflamatoria a infecciones o trastornos alérgicos.
tos crónica


Si te interesa saber acerca de los trastornos alérgicos más frecuentes en la infancia, pincha aquí.

Causas:

A continuación se mencionan algunos trastornos que producen estos síntomas respiratorios crónicos, dependiendo de si es una tos recurrente o una persistente.

Tos recurrente:

Se llama de esta manera a la tos que se cura pero luego vuelve a manifestarse y así varias veces, los procesos que producen este patrón de aparición son los siguientes:

Hemosiderosis pulmonar idiopática.

Hiperreactividad bronquial, en donde también se incluye el asma alérgica

Infecciones de las vías respiratorias de recurrencia frecuente.

Secreción de vías respiratorias superiores.

Síndromes de aspiración.
Si te interesa saber más acerca de las infecciones de las vías respiratorias superiores, pincha aquí.

Tos persistente:

Se define de esta manera a la tos que dura más de tres semanas y a la que no se le ha podido atribuir una causa; algunos de los procesos que la originan son:

Irritación del conducto auditivo externo.

Hipersensibilidad postinfecciosa de los receptores de la tos.

Irritantes inhalados, incluyéndose el humo de tabaco.

Hiperreactividad de las vías respiratorias (asma).

Infecciones micóticas.

Rinosinusitis crónica.

Neumonitis por hipersensibilidad.

Bronquitis, traqueítis.

Tos por hábito.

Bronquiectasias (Discinesia ciliar primaria, fibrosis quística, inmunodeficiencia).

Tuberculosis endobronquial.

Aspiración de cuerpo extraño.

Tumores endobronquiales o endotraqueales.

Aspiración recurrente por incompetencia faríngea, hendidura traqueolaringoesofágica, fístula traqueoesofágica.

Traqueomalacia, broncomalacia.

Reflujo gastroesofágico.

Compresión extrínseca del árbol traqueobronquial.

Síndrome de tos ferina.
Para saber más de dichas causas, te recomiendo leer: Enfermedades de las vías respiratorias bajas.

Diagnóstico:

Para poder llegar a establecer un diagnóstico etiológico de estos síntomas respiratorios crónicos, es necesario realizar un interrogatorio minucioso y un examen físico general, además de estudios de laboratorio, cuyos hallazgos pueden orientar el caso.

Anamnesis:

Tipo de tos:

Uno de los principales puntos en el interrogatorio de un paciente con tos crónica consiste en identificar las características de la misma, ya que los patrones de algunos tipos de tos indican cuál es la causa más probable, como:

Tos discontinua y productiva: Se presenta en los casos de bronquitis, bronquitis asmática, bronquiectasias y fibrosis quística.

Tos metálica: Característica de la traqueítis, aunque también puede observarse en la tos por hábito.

Tos con estridor: Como en los casos de obstrucción laríngea y tos ferina.

Tos paroxística (acompañada o no de náuseas y vómitos): Por cuerpos extraños, algunas veces en casos de fibrosis quística y en síndrome de tos ferina.

Tos Staccato: Esta es una tos en donde se produce una respiración fuerte antes de que siga la tos, por eso también se conoce como entrecortada y se observa en casos de neumonitis por clamidias.

Tos nocturna: Por reacción alérgica que puede ser de las vías respiratorias bajas o altas; también se observa en casos de Rinosinusitis.

Tos más intensa en la mañana al despertarse: Puede observarse en la fibrosis quística, bronquiectasias y bronquitis crónica.

Tos que se presenta con ejercicio vigoroso: Característica del asma inducida por el ejercicio, aunque también se puede ver en casos de fibrosis quística y bronquiectasias.

Tos que desaparece con el sueño: Tos por hábito o por estados secretores leves como el asma.

Tos sibilante: Por hiperreactividad respiratoria.
Antecedentes personales:

Cuando existen antecedentes de atopia en el niño con tos crónica, como la rinitis alérgica, el eccema, el asma o la urticaria; sugieren que la causa de la tos es alérgica.

Antecedentes familiares:

De atopia, que indicaría un origen alérgico.

Presencia de un fumador en casa.
Otros aspectos:

Se deben preguntar otras cosas a los padres de niños con estos síntomas respiratorios crónicos:

Relación de la aparición de la tos con las tomas de alimentos, ya que esto podría indicar una aspiración.

Tos acompañada de episodio de sofocación que orienta hacia la aspiración de un cuerpo extraño.

Tos  que se acompaña de edema facial o dolor de cabeza, todo esto puede verse en casos de Rinosinusitis.
Examen físico:

Mediante la exploración física se obtienen datos relevantes para la orientación del diagnóstico causal:

A pesar de que las acropaquias son características de los pacientes con bronquiectasias, casi nunca se presentan en niños con tos crónica.

Si se observa desviación traqueal, se sospecha de aspiración de cuerpo extraño o de masa mediastínica.

Al observar secreción faríngea posterior (goteo postnasal) que se acompaña de tos de predominio nocturno, se sospecha de una patología crónica de las vías respiratorias superiores como la rinosinusitis.

Tórax hiperinsuflado indica una obstrucción respiratoria de evolución crónica, como en los casos de fibrosis quística o asma.

Aunque la mayoría de las veces la presencia de sibilancias espiratorias corresponden a un asma o bronquitis asmática, también pueden identificarse en casos de aspiración de cuerpo extraño, fibrosis quística, hemosiderosis pulmonar y anillo vascular.

Sibilancias espiratorias a la espiración forzada ponen de manifiesto una hiperreactividad respiratoria.

Al auscultar crepitantes ásperos se sospecha principalmente de bronquiectasias o de fibrosis quística, sin embargo, también pueden deberse a una exacerbación del asma.
Características del esputo:

La mayoría de los niños a partir de los cuatro años son capaces de esputar, por lo que si la tos es húmeda, se les debe solicitar que lo hagan para poder observar las características del esputo, las cuales pueden orientar hacia la causa de estos síntomas respiratorios crónicos.

Esputo claro y mucoide: Es característico de un trastorno alérgico o de bronquitis asmática.

Esputo turbio: Es decir, purulento, el cual sugiere una infección respiratoria, pero también puede observarse en caso de asma por una eosinofilia.

Esputo muy purulento: Se observa en casos de bronquiectasias.

Esputo fétido: Cada vez que se presente un esputo maloliente, debe sospecharse de una infección respiratoria por anaerobios; ya que a pesar de que el esputo en la fibrosis quística es muy purulento, no es fétido.
Estudios de laboratorio:

Muestra de esputo:

Cuando hay eosinofilia del esputo examinado, sugiere el diagnóstico de asma, bronquitis asmáticas o reacciones pulmonares de hipersensibilidad.

Si se identifican polimorfonucleares en la muestra entonces el diagnóstico se orienta hacia una infección.

Si se observan predominantemente macrófagos, se sospecha de una hipersensibilidad de los receptores de la tos resultante de una infección; pero también deben intentar teñirse para hacer el diagnóstico de Hemosiderosis pulmonar.

Cuando se detectan lípidos, estos sugieren aspiraciones repetidas, pero esto no confirma el diagnóstico.
Cultivo de esputo:

Este puede resultar útil, pero la mayoría de las veces es inespecífico porque la flora faríngea puede contaminar la muestra, obteniéndose resultados erróneos.

Hematología completa:

Observar valores de hemoglobina y descartar anemia, ya que de estar presente, sugiere una Hemosiderosis pulmonar.

Verificar si hay eosinofilia, que suele estar presente en los casos de asma o de hipersensibilidad pulmonar.
Radiografía de tórax:

Si se observan infiltrados en la radiografía de tórax, entonces la causa puede ser:

Bronquiectasias.

Neumonitis por hipersensibilidad.

Fibrosis quística.

Tuberculosis.
Ensayo terapéutico con broncodilatador:

Cuando se sospecha que estos síntomas respiratorios crónicos son una forma de expresión del asma, entonces se puede realizar un ensayo terapéutico con broncodilatador, que puede resultar diagnóstico.

Procedimientos diagnósticos más específicos:

En aquellos casos en los que se realizaron las pruebas diagnósticas previamente descritas y no haya respuesta al tratamiento instaurado, entonces será necesario realizar estudios más especializados e invasivos, como:

Estudios imagenológicos de senos paranasales y tórax.

Evaluación imagenológica/alergológica.

Estudios microbiológicos especiales.

Pruebas de reflujo gastroesofágico.

Esofagograma.

Broncoscopia.

Evaluación de la morfología ciliar.
Tos por hábito:

Cuando se presente un niño con tos crónica, siempre debe tenerse en cuenta el posible diagnóstico de una tos por hábito, que hace algún tiempo era conocida como tos psicógena, pero dejó de llamarse así porque no se atribuye a ningún factor emocional grave.

Se sospecha de esta condición cuando: El niño tiene una tos que dura de semanas a meses, que no responde al tratamiento, desparece durante el sueño y tiene un tono áspero, que los padres llaman tos perruna.

A pesar de que esta tos suele iniciar con una infección respiratoria, luego de que la misma es superada, la tos persiste y entre las principales consecuencias están: el absentismo escolar, inversión de dinero en pruebas diagnósticas innecesarias y exposición a tratamientos ineficaces.

El tratamiento ideal en estos casos es tranquilizar a los padres, haciéndoles saber que no existe ningún tipo de enfermedad y en los niños utilizar técnicas de logopedia en donde se les enseña a controlar el ataque de tos al reconocer la sensación antes de que inicie.
2.- Sibilancias recurrentes o persistentes:

Estos síntomas respiratorios crónicos representan unos de los más comunes, además de que ocasionan una gran molestia en el niño que los padece, en la mayoría de los casos se debe una patología obstructiva de las vías respiratorias inferiores.

La sibilancia se produce por la turbulencia en las vías respiratorias grandes colapsadas con la espiración forzada, esto se presente sin importar la localización de la obstrucción, que puede ser desde la tráquea hasta los bronquios pequeños o bronquiolos grandes.

Hay que recordar que los niños pequeños (menores de 3 años) tienen unas vías respiratorias de menor calibre, por lo que en ellos serán más frecuentes los episodios de sibilancias por el broncoespasmo, el edema de la mucosa y el acumulo de secreciones.
sibilancias crónicas


Causas:

A pesar de que a veces se pueden presentar casos aislados de sibilancias en un niño, pasa a ser patológico cuando las mismas son recurrentes o persistentes, por lo que debe estudiarse y buscarse la causa.

Hiperreactividad respiratoria: Bronquitis asmática, asma atópica, asma inducida por salicilatos y poliposis nasal y asma inducida por ejercicio.

Aspiración: Descoordinación faríngea o debilidad neuromuscular, cuerpo extraño, fístula traqueoesofágica en H, alimento, hendidura laringotraqueoesofágica, contenido gástrico y saliva.

Discinesia ciliar primaria.

Compresión extrínseca de las vías respiratorias: Por quistes pulmonares, anillo vascular, adenopatía y tumor mediastínico.

Insuficiencia cardíaca.

Bronquiolitis obliterante.

Humo de cigarrillo.

Traqueobroncomalacia.

Oclusión histérica de la glotis.

Masas endobronquiales.

Secuelas de displasia broncopulmonar.

Reflujo gastroesofágico.

Hemosiderosis pulmonar.
Diagnóstico:

Anamnesis:

Para poder orientar el diagnóstico de la causa de las sibilancias recurrentes o persistentes, resulta necesario ejecutar un interrogatorio dirigido a preguntar el momento de aparición, las características y las manifestaciones concomitantes de las sibilancias.

Sibilancias desde el nacimiento: Las que se presentan en este momento o un poco después, sugieren la existencia de una anomalía congénita estructural de las vías respiratorias inferiores o traqueomalacia.

Sibilancias en el primer año de vida: Estas se presentan en este período y sugieren una fibrosis quística como causa.

Sibilancias de aparición súbita: Que se presentan en niños previamente sanos pueden deberse a la aspiración de un cuerpo extraño.
Examen físico:

Cuando se presentan estos síntomas respiratorios crónicos, resultará necesario realizar exploraciones repetidas con el fin de identificar el patrón de aparición de la sibilancias y sus eventos desencadenantes, además de evaluar:

Movimiento del aire.

Ventilación.

Signos de enfermedad pulmonar crónica: Hiperinsuflación torácica, retraso del crecimiento y acropaquias (sugieren una infección respiratoria crónica).

Posición de la tráquea: Si hay desviación se sospecha de aspiración de cuerpo extraño.

Atopia: La presencia de una enfermedad atópica sugiere el diagnóstico de un asma bronquial o de bronquitis asmática.

Pólipos nasales: Estos suelen observarse en casos de trastornos alérgicos y fibrosis quística.
Estudios de laboratorio:

Esputo: Si en la muestra de esputo se observa eosinofilia, se sospecha de una reacción alérgica.

Hematología completa: Para observar la existencia de eosinofilia sérica, que sugiere la presencia de un trastorno alérgico, cuyas probabilidades de ser la causa aumentan si se acompaña de eosinofilia del esputo.

Ensayo terapéutico con broncodilatadores: Si luego de administrar un broncodilatador inhalado, hay un aumento del 15% del volumen espiratorio forzado en un segundo, entonces se confirma el diagnóstico de una Hiperreactividad bronquial.

Estudios avanzados: Será necesario realizarlos cuando no se obtienen resultados certeros con los métodos diagnósticos convencionales; entre los estudios diagnósticos especializados se encuentran: Pruebas microbiológicas específicas, pruebas diagnósticas de fibrosis quística, broncoscopia y estudios imagenológicos cardiovasculares y de vías respiratorias.
3.- Estridor de recurrencia frecuente o persistente:

Estos síntomas respiratorios crónicos se definen como sonidos ásperos, de tono medio y que se producen por la obstrucción en la región laríngea o en la tráquea extratorácica, acompañándose frecuentemente de voz ronca y tos estridente.

El estridor agudo se observa en casos de crup, cuerpos extraños y traumatismos; pero a los casos recurrentes o persistentes se asocian una gran variedad de causas.
estridor crónico


Causas:

Estridor Recurrente:

Crup alérgico (espasmódico).

Laringomalacia.

Infecciones respiratorias en niños con estrechamiento anatómico de las vías respiratorias.
Estridor Persistente:

Cuando se producen estos síntomas respiratorios crónicos, se debe pensar en alguna de las siguientes causas:

Obstrucción laríngea:

Cuerpo extraño.

Laringomalacia.

Parálisis bilateral de los abductores de las cuerdas vocales.

Papilomas.

Membranas laríngeas.

Quistes.
Enfermedad traqueobronquial:

Fístulas traqueoesofágicas.

Traqueomalacia.

Masas extrínsecas (cuerpo extraño esofágico, masas mediastínicas, bocio, anillo vascular, quistes broncogénicos y enfisema lobular).

Membranas traqueales subglóticas.

Estenosis traqueal subglótica.

Tumores endotraqueales y endobronquiales.
Otros:

Hipocalcemia.

Reflujo gastroesofágico.

Estridor histérico.

Macroglosia.

Síndrome de maullido de gato.
Diagnóstico:

Anamnesis:

Preguntar por el inicio de los síntomas, ya que el estridor que se presenta desde el nacimiento, se asocia con anomalías congénitas de las vías respiratorias grandes.

Si el estridor empeora cuando el niño se coloca en decúbito supino, entonces debe sospecharse de Laringomalacia o traqueomalacia.

Se piensa que la causa es una afección de las cuerdas vocales cuando el estridor se acompaña de ronquera o afonía.
Examen físico:

En los casos de estridor recurrente o persistente, casi nunca se encuentran hallazgos relevantes en el examen físico, pero deben evaluarse los cambios que presente el estridor a los cambios posturales.

Estudios de laboratorio:

En los casos de estos síntomas respiratorios crónicos, los estudios imagenológicos constituyen la mejor herramienta diagnóstica, como:

Radioscopia.

Resonancia magnética.

Radiografías anteroposteriores y laterales.

Esofagografía con contraste.

Laringoscopia con fibroscopio: Método que proporciona la mejor visión de la laringe, pero en vista de que es un método invasivo, queda reservado para casos en los que no se obtiene una mejoría con los métodos diagnósticos convencionales.
4.- Infiltrados pulmonares recurrentes y persistentes:

En la mayoría de los casos, los infiltrados radiológicos que se observan cuando hay neumonía, desaparecen entre 1 a 3 semanas luego del tratamiento, sin embargo, en niños más pequeños como los lactantes, pueden tardar hasta un mes en desaparecer.

A pesar de esto, hay algunos casos en donde los infiltrados se siguen observando en las radiografía de tórax, luego de dichos períodos por lo que deberán considerarse otras causas.

Se debe tomar en cuenta que los niños que tienen este signo, no siempre van a estar febriles o a tener otras manifestaciones respiratorias.
Infiltrados pulmonares crónicos
Se observa un infiltrado pulmonar bilateral producto de una infección vírica
Causas:

Infiltrados recurrentes o migratorios:

Infección congénita (rubéola, sífilis y citomegalovirus).

Asma.

Infección adquirida (Pneumocystis carinii, citomegalovirus, hongos, tuberculosis, tos ferina, virus de inmunodeficiencia humana, micoplasma, Chlamydia).

Neumonitis por hipersensibilidad.

Fibrosis quística.

Hemosiderosis pulmonar.

Enfermedad drepanocítica.

Cuerpo extraño.
Anomalías congénitas:

Cardiopatía congénita con cortocircuito izquierda-derecha grande.

Quistes pulmonares.

Anillo vascular.

Secuestro pulmonar.

Estenosis bronquial.
Aspiración:

Aspiración de lípidos.

Incompetencia faríngea, como en los casos de paladar hendido.

Cuerpo extraño.

Hendidura laringotraqueoesofágica.

Reflujo gastroesofágico.

Fístula traqueoesofágica.
Inmunodeficiencia, déficit de la fagocitosis:

Estados de déficit del complemento.

Estados de inmunodeficiencia humoral, celular o ambas.

Enfermedad granulomatosa crónica.
Hipersensibilidad-alergia:

Neumonitis por hipersensibilidad (alveolitis alérgica).

Hemosiderosis pulmonar.

Asma.
Neumonitis intersticial y fibrosis:

Linfoide.

Descamativa.

Usual.
Otras:

Infección bacteriana tratada inadecuadamente.

Leucemia.

Fibrosis quística.

Histiocitosis.

Discinesia ciliar primaria.

Larva migratoria visceral.

Sarcoidosis.

Neumonías eosinófilas.

Neoplasias.

Enfermedades del colágeno vascular.

Proteinosis alveolar.

Inflamación y fibrosis inducida por fármacos o por radiación.

Déficit de α1-antitripsina.
Diagnóstico:

Para poder identificar la causa de estos síntomas respiratorios crónicos, que realmente son más hallazgos radiológicos, es necesario ejecutar una evaluación clínica completa.

Anamnesis:

Cuando se presentan síntomas asociados a infiltrados pulmonares en los primeros días de vida, entonces se sospecha de una infección adquirida intraútero o durante el parto; siempre y cuando no tengan relación con el síndrome de dificultad respiratoria neonatal.

Cuando se manifiestan infiltrados crónicos de aparición precoz, se piensa en una fibrosis quística o en una anomalía congénita.

Si al antecedente de infiltrados pulmonares se asocian tos y sibilancias, se sospechará de un asma, sin importar que haya sido durante el primer año de vida.

Se sospecha de Hemosiderosis pulmonar cuando se presentan infiltrados crónicos que se acompañan de hipersensibilidad a la leche de vaca.

En niños que tienen antecedente de displasia broncopulmonar, se presentan con frecuencia episodios de disnea que se acompañan de sibilancias e infiltrado de aparición reciente.

En aquellos casos en los cuales un niño manifieste neumonías recurrentes, otitis media crónica, faringitis o manifestaciones dermatológicas, se debe sospechar de un estado de inmunodeficiencia, déficit del complemento y de alteraciones de la fagocitosis.

Si además de los infiltrados, el niño presenta tos paroxística, entonces se debe descartar fibrosis quística y tos ferina.
Examen físico:

En vista de que los infiltrados pulmonares son recurrentes, se deben buscar otros síntomas respiratorios crónicos y sobre todo, intentar obtener hallazgos significativos en el examen físico que puedan orientar a la causa de la persistencia de los infiltrados.

Hiperinsuflación: Hacen sospechar de un asma crónica y de fibrosis quística.

Tórax silente: En estos casos se sospecha de una infección por Pneumocystis carinni, tumores, proteinosis alveolar y neumonitis intersticial descamativa.

Retraso de crecimiento: Se debe evaluar cuidadosamente el patrón de crecimiento del niño, para evaluar si la enfermedad tiene un efecto sistémico, lo que indica que es más grave, como el caso de la fibrosis quística y la proteinosis alveolar.

Cataratas, retinopatía y microcefalia: Si alguno de estas se presenta, se sospecha de infección intruterina.

Rinorrea crónica: La cual se puede asociar a intolerancia a la leche de vaca, atopia, sífilis congénita o fibrosis quística.
Estudios de laboratorio:

Se deben realizar estudios de laboratorio que dependerán de los datos obtenidos en el interrogatorio y el examen físico, con el fin de identificar el origen de los síntomas respiratorios crónicos.

Citología de esputo: Resulta de utilidad para poder identificar microorganismos presentes en él y la celularidad que predomina.

Tomografía computarizada de tórax: Con esta pueden identificarse con más detalle los infiltrados pulmonares.

Broncoscopia: Está indicada para la detección de cuerpos extraños, masas endobronquiales o extrínsecas y alteraciones congénitas o adquiridas del árbol traqueobronquial; además de que permite tomar muestras de secreciones para su posterior estudio citológico y microbiológico.

Líquido de lavado alveolar: Con este método diagnóstico se puede establecer el diagnóstico de Hemosiderosis pulmonar y proteinosis alveolar.

Biopsia pulmonar: Reservada para los casos en que no se ha logrado identificar la causa de los infiltrados pulmonares con los métodos diagnósticos previamente descritos.
Tratamiento:

Lo más importante para instaurar un tratamiento radica en identificar el proceso que da origen a esos infiltrados pulmonares crónicos.

Infecciones víricas: Esta se pueden presentar en lactantes y suelen remitir de forma espontánea, pero es necesario el tratamiento sintomático para mantener la capacidad funcional de los pulmones.

Secreciones excesivas: Deben ser manejadas con inhaladores y fisioterapia.

Oxigenoterapia: Ideal en los casos de hipoxemia.

Infecciones bactrianas: Usar antibióticos.
Los síntomas respiratorios crónicos deben ser ampliamente estudiados, ya que la mayoría de las veces ponen de manifiesto una patología, excepto en los casos de la tos por hábito, pero de resto se necesita orientar el diagnóstico de la causa para poder tratar al niño de la forma más adecuada.

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