Cuando ya se va acercando el momento de invitar al cumpleaños de mis hijos, se me plantea el mismo dilema.
Durante el año, a ellos les van invitando a distintos cumpleaños de otros niños los cuáles tú a lo mejor ni conoces. Y cuando llega el momento te planteas si los invitas. Debería ser tu hijo el que lo decidiera pero si por él fuera invitaría a toda la clase.
Depende mucho de si el cumpleaños lo celebras en casa, en un parque, en un centro de juegos....
Digo que depende porque claro a mí personalmente hacerme cargo de unos niños en casa sin que tengan la vigilancia de sus padres no me gusta mucho. Sobretodo si no los conozco. Y meterte en casa con 8 niños, más sus correspondientes padres es un jaleo. Además, que a mi al contrario, tampoco me gusta dejar a mis hijos en casa de nadie sin conocerles. Como suele pasar cuando lo que te llega es una invitación que ves en la mochila del cole y que te tiras media vida en averiguar quién es el niño. Niño que tu hijo conoce perfectamente y por otra parte está encantado de la vida con ir al cumpleaños.
Así que llega el día del cumpleaños de tu hijo y el dilema de las invitaciones. Ahora ya muy moderno, con tarjetita de invitación, poco más o menos que como una boda. Cuando yo era pequeña te asomabas a la ventana y no hacía falta nada más. Bueno será que soy mayor.
El caso es que no sabes a quien invitar. Tienes una lista interminable de niños a los que no conoces, así que ¿qué haces?
Lo primero buscar las dichosas tarjetitas de las invitaciones anteriores que habías guardado ya como madre precavida y lo segundo atosigar a la única mamá del cole con la que has hablado alguna vez para sonsacarle información.
¿Al final qué pasa? Te toca invitar a un montón de niños que no conoces y a sus correspondientes padres que tampoco. Cosa que me parece absurda. Será que soy muy antipática, que lo mismo es eso, pero ¿por qué está mal que a mi hijo le inviten a un cumpleaños y yo no devuelva la invitación?
El caso es que muchas de las veces son compromisos. Invitan a tu hijo, que como encima es pequeño tienes que ir tu con él, o yo por lo menos voy, y cuando llega a ti el del tuyo te toca devolver la invitación.
Y digo yo, que cada uno invite a quien quiera ¿no?.
Por otra parte está el tema del "arrejuntamiento amigos-familia". De un lado están tus amigos con niños y los amigos de tus hijos y por el otro la familia. Hay casos en que se pueden juntar pero otras veces juntar a tu abuelo con los padres de los niños del cole es un poco raro. A parte de que dónde metes a tanta gente.
Yo he llegado a hacer 4 cumpleaños, con amigos, con amigos de los niños, con la familia de uno y con la familia de otro. Alucinante vamos. La tarta ya me salía por las orejas.
Pero lo peor de todo es que cuando llega otra vez su cumpleaños vuelve a pasar y lo que dije el año anterior de no, esto ya es el último año que lo hago, lo vuelvo a hacer.
¿Cómo lo hacéis vosotr@s?
¿Dónde está el equilibrio?
¿Cuál es la fórmula mágica?
Será que me complico demasiado ¿no?