Comenzamos con una caja de zapatos normal y corriente. El tamaño dependerá de la cantidad de agujeros que queráis hacer y del tamaño de los mismos. En este caso, he cogido una caja de tamaño normal de unos zapatos de adulto.
En la tapa, hacemos unos agujeros de la forma que queramos. Yo he hecho 4 agujeros redondos pero podéis hacerlos alargados, cuadrados, triangulares, ranuras,... Todo dependerá del objeto que queráis que vuestros hijos usen.
Ahora forramos la caja. Para la tapa he usado un folio blanco ya que mi idea es pintarlo y para el resto de la caja he usado un papel satinado de color azul. Los dos los he podido enganchar con cola de barra normal.
En este punto hemos de volver a realizar los agujeros en el papel ya que los agujeros de la tapa quedan cubiertos. A mí me resultaba más fácil hacer este proceso así aunque tuviese que agujerear 2 veces pero si alguien prefiere agujerearlo todo a la vez tampoco hay problema.
Y ya solo nos queda pintar la parte de alrededor de los agujeros. Yo he decidido pintar cada agujero de un color para que cuando aprenda los colores, podamos clasificar según el color del agujero y del elemento que tira en la caja. En nuestro caso hemos usado pintura de multisuperficies para pintarlo pero también podéis hacerlo con rotuladores si vais con cuidado (recordad que no deja de ser un folio). El resultado final quedaría así:
Para jugar podemos utilizar varios elementos: pinzas de la ropa de colores (las de madera las podemos pintar nosotros mismos), cápsulas de nespresso, letras o figuras de goma eva o cualquier otra cosa que se os ocurra y quepa.
Lo ideal es ofrecerle al niño los materiales y que sea él el que escoja qué usar. Si además, le ponéis otra caja aunque sea sin nada, descubriréis que se lo pasa genial pasando cosas de una caja a otra.
¿Habéis probado algo del estilo con vuestros hijos? ¿Les gustó?