Lo que si queda claro es que dormiremos una hora menos, y en mi casa se cenará tarde porque me despista la claridad.
En el año 1895 George Hudson, era un entomólogo que propuso adelantar dos horas en verano y luego retrasar en otoño para aprovechar más horas de luz y así poder observar los insectos. Pero no llego a nada su propuesta, como tampoco llego la de William Willett quien pretendía se adelantara 20 minutos los relojes para que las personas aprovecharan mas horas de luz.
Fue durante la Primera Guerra Mundial que Alemania se planteó el cambio de horario para ahorrar en carbón en tiempos de guerra.
En España se regularizó en 1981 con la ley de cambio de hora que rige la Unión Europea que estables dos cambios que son el último domingo del mes de marzo (verano), y el último domingo de octubre (invierno).
Consejos para una buena adaptación al cambio de hora
Intentar ajustar paulatinamente los horarios de sueño y comidas, esto te puede llevar unos 4 días. Si antes del cambio comíamos a las 14h, ahora con el cambio sería a las 15h. Pues iremos adelantando esa hora poco a poco, comenzando a comer 14:45h, después 14:30h y así hasta llegar al horario habitual.
No dormir siesta los primeros días, recordar que si el reloj nos marca las 23:00h biológicamente son las 22:00h, es posible no tener sueño, así que la siesta es mejor no hacerla los primeros días.
Hacer un poco de ejercicio puede ayudarnos a descansar mejor.
Lo mejor que podemos hacer es este domingo levantarnos un poco antes y hacer la rutina diaria. Los efectos del cambio de hora duran como mucho una semana, con estas recomendaciones seguro que será mucho más fácil adaptarnos al nuevo horario de verano.