Este verano retoñaron de forma especial las plantas, algunos árboles que tenían tiempo sin crecer dieron hermosas ramas, los jardines se ven llenos de flores y un gran colorido. Los rosales del jardín nos han dado hermosas rosas, pienso cuando las veo que son regalo directo de la naturaleza para nosotros, tal vez es un "gracias por cuidarme", "sonríe", "carpe diem", "Dios nos ama", ¿Cuántas cosas nos dirán? Cuanta perfección, cuanta sutileza... Creo que el lenguaje silencioso es el más efectivo y reflexivo. Cuando las veo algo cansadas, tal vez por el sol y la lluvia, las corto y las pongo en agua unos días y después de algunos días las pongo "al revés" con una bola de plastilina en la alacena de la cocina para que se sequen y así que siga su sencillo y profundo lenguaje silencioso.
Fuente: este post proviene de La Canasta de los niños *Educando en el Hogar*, donde puedes consultar el contenido original.
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