Los bebés nacen con un reflejo arcaico de succión y búsqueda, es decir es una conducta normal que les permitirá alimentarse y crecer. El uso del chupete es un tema sumamente controversial. Aunque el hecho de que casi todas las madres prefieran que los niños usen chupete, ya que este objeto, que ocupa un lugar especial en el corazón de muchos niños, permite descargar la tensión, ofrece compañía y aporta autonomía. No obstante, no es una necesidad ni una obligación.
Primero de todo, debemos saber que esta llamada “succión no nutritiva” es una necesidad que, mejor o peor, cubre una necesidad psicológica de bienestar, ya que al hacerlo experimentan un estímulo placentero en los labios, lengua y mucosa oral que los tranquiliza y los relaciona con su mundo.
En este artículo se ofrecen algunos consejos y claves para elegir el chupete del niño.
¿Quién lo elige?
Por mucho que nos guste ese chupe con florecitas y con el nombre de nuestro bebe escrito en él, es el mismo niñ@ quien lo ejerce esta decisión. Lo mismo pasa que si le gusta una marca y forma concreta, si lo pierde puede que sea casi muy probable que os volváis locos buscando uno igualito… así que, si tenéis el modelo, recomiendo comprar unos cuantos por si acaso. Pero en muchas ocasiones, es el mismo niño que no quiere el chupete, en estos casos no hay que obligarle a nada.
Gran Variedad…
Como padres a la hora de elegir un chupe debemos tener en cuenta que a la hora de ir a comprar un chupe podemos encontrar una gran variedad, pueden ser de distintos materiales (látex o silicona), pero también los hay con distinta forma , 4 tipos de tetinas diferentes: de cereza, esférica y de gran volumen; de gota, ovalada y más chata que la anterior; anatómica, que imita la forma de pezón de succión; y fisiológica, caracterizada por un diseño simétrico plano. Incluso pensados para ocasiones especiales, como los dispensadores de medicamentos.
Asi que hay que tener mucha paciencia hasta encontrar el chupete ideal de vuestro hij@.
¿Cuál es el chupete ideal?
Al principio os he comentado que el niño decide, y los padres proponen, pero hay ciertas características que deben cumplir: debemos elegir el que mejor favorezca el buen desarrollo del paladar del niño. Al igual que debe la tetina asimilarse a la succión del niño cuando toma el pecho materno. El chupete ideal es aquel que provoca la menor abertura de la boca, ejerce la menor presión en el paladar y presenta una superficie de contacto sobre el paladar lo más parecida posible a la lengua.
La seguridad es lo primero …
Consejos de Uso
A partir del año o el año y medio, esta necesidad de chupar de los niños disminuye, a medida que ganan en autonomía e independencia. En esta etapa, los bebés viven un intenso proceso de evolución hacia un desarrollo superior, son más activos en general, pero el chupete continúa siendo una herramienta que les ayuda a relajarse. Por este motivo, el uso continuado del chupete crea un hábito y cuanto más lo usan más lo quieren, por lo que es recomendable que, a partir del año y medio, los bebés empiecen a usar el chupete sólo para dormir, por ejemplo, y los padres podemos ir “olvidándonos de él” en ocasiones, para acostumbrar al bebé a pasar momentos sin su chupete.
El impacto negativo que puede tener el chupete sobre los niños se manifiesta hacia los 2 o 3 años. El uso continuado del chupete puede dar lugar a malformaciones en el paladar y en los dientes debidos a su uso. Por este motivo, es muy importante que deben abandonar este hábito.
Consejos sobre el mantenimiento
Aunque se compre en un envase hermético, es recomendable lavar bien el chupete antes de usarlo por primera vez y hervirlo por un tiempo aproximado de cinco minutos.
Si el succionador cae al suelo o se ensucia, debe lavarse bien de nuevo. Hay que evitar limpiar la tetina con la boca de un adulto para no transmitir bacterias, virus y hongos al bebé.
No se lo des como sustituto de su alimento.
Jamás lo introduzcas en líquidos endulzados como miel, azúcar o medicamentosas, ya que esto puede ocasionar caries en sus dientes.
El mejor camino es el que el mismo niño decida prescindir del chupete por sí mismo, pero como para los niños es difícil. Si esto no se produce, los padres debemos tomar cartas en el asunto para que nuestros hijos se olviden del chupete antes de que el chupete ejerza un impacto negativo sobre los niños.