Cabe destacar que en muchas ocasiones los adultos pueden encontrar el manejo de la ira de sus hijos desconcertante, agotador y estresante , pero en otras sencillamente no, puesto que ya están cansados de las conductas de los niños u adolescentes.
Por lo antes planteado, le sugerimos buscar lápiz y papel para que anote los consejos que le dejaremos a continuación.
¿Cómo lidiar con un niño enojado?
1. No te enojes
El comportamiento infantil irrespetuoso puede desencadenar su propia ira. Muchos padres enfurecen y pierden el control frente a sus hijos mostrando rabia y en muchas ocaciones mal comportamiento por ello se les puede escuchar decir “¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera?”.La cuestión no es lo que se dice, sino como se dice y por lo general es gritado y descontrolado.Los adultos groseros pueden intensificar las cosas tan bien como los niños groseros.Tienes que ser un buen modelo a seguir. Muestre a los niños cómo mantener la compostura y el respeto incluso en una situación angustiosa.
Por lo antes planteado, cuando su niño esté enojado, él o ella está experimentando grandes emociones. Si te enfadas porque no te respetan, ignoras los sentimientos de tu hijo mientras les exiges que atiendan los tuyos.
Los niños que no pueden controlar su ira necesitan nuestra ayuda para hacerlo. Concéntrese en eso en lugar de en nuestra propia ira. Hacer lo mejor para nuestros hijos es parte de una buena crianza. Poner nuestros propios intereses por encima de los de los niños no lo es. Recuerde que ellos están en proceso de aprendizaje.
2. Asegúrate de que todos estén seguros
En caso de ira extrema, los niños fuera de control pueden terminar lastimando a otros o a sí mismos. La agresión no es la mejor manera para solventar las molestias. Si usted deja que sus niños lance cosas o tire las puertas estará criando un futuro adulto agresivo.Si su hijo arroja cosas o golpea a otros, deberá controlarlo físicamente, por su seguridad y la de los demás según los especialistas.
¿Cómo controlarlo? Simplemente abrácelo fuerte y dígale, “Lo siento. Probablemente no quieras un abrazo en este momento, pero necesito mantenerte a ti y a otras personas a salvo y ayudarte a calmarte. Ahora trabajemos en ello juntos. Toma una respiración lenta y profunda.
Con lo antes mencionado, su hijo se sentirá en confianza y poco a poco le bajará la incomodidad y por supuesto la molestia.
3. No castigues
Disciplinar a un niño es enseñar. No es necesario castigar a un niño para lograr eso, ni es una forma efectiva.El castigo no le enseña a su hijo cómo controlar su ira y crea una ruptura en su relación padre-hijo. Solo puede empeorar las cosas.
El castigo físico como las nalgadas es especialmente dañino para el desarrollo de un niño. No solo se ha demostrado que las nalgadas no son efectivas para mejorar el comportamiento de un niño, sino que también están relacionadas con 13 resultados adversos, que incluyen agresión, problemas de salud mental, deterioro de la capacidad cognitiva y abuso de sustancias según los especialistas.