Si yo le digo a alguien que me conozco, que me conozca de verdad, que la noche del 24 de diciembre mi piojo me hizo llorar, dirá ¡No es extraño, eres una llorona! . Cierto, como bien diría Buzz Light Year, ¿por qué me vendrá este muñeco como ejemplo? Je je je, no sé, no sé, he visto Memorias de África ¡hasta el infinito y más allá!y he llorado cada una de las veces. No, no he soltado lagrimitas, ¡he llorado a moco tendido!¡Al lado mío los dibujos japoneses no lloran! Así que sí, no lo tenía complicado mi piojo para hacerme llorar y ,menos una noche tan señalada, lejos de donde quieres estar y con los que quieres estar. Situación...
Aproximadamente las ocho y media de la tarde-noche, en la puerta de mi habitación. El Piojo mirando las fotos que están en el pasillo entre su habitación y la nuestra...
_Mamá, ¿me subes para ver las fotos de tu Gabo?
_Claro_contesto mientras lo subo.
_Mamá, aquí era un bebé perro, ¿dónde es eso?
_En el balcón de la casa en la que vivíamos papá y yo.
_Ah, ahí también es un bebé.
_Sí.
_Pero,en esa ¡es muy grande!
_Sí, ahí ya era grande.
_Mamá, ¿ese perro blanco era su amigo?
_Sí, era su amigo.
_Mamá ¿y tu Gabo me quería?
Uff...ahí empieza mi declive...
_Sí, cariño, te quería muchísimo. Cuando mamá te tenía dentro de la barriga ponía su cabeza encima de mamá para escucharte y le daba muchos besitos a mi barriga.
_Mamá, los perros no dan besitos. Chupaaaaan...
_Sí_contesto mientras pienso que no sé a quién saldrá de puntilloso, je je je._,pero ya sabes que esa es su manera de dar besos.
_Sí,mamá. Mamá_Justo entonces llegó la pregunta._¿Por qué se murió tu Gabo?
Hay cosas que nunca dejan de removerte por dentro, para mí, es mi Gabo, como lo llama mi hijo.
_Cariño, porque se puso malito.
_Y ¿el médico de los perros no tenía una medicina?
_No, cariño, no había medicina_Ya las lágrimas hacían acto de presencia. En estas aparece Gabo, su Gabo. El piojo se abraza a él.
_Mamá, ¡mi Gabo nunca, nunca, nunca se va a morir!
_Por supuesto, cariño_contesté ya llorando porque de alguna manera sé que no le mentí, porque mi Gabo nunca me ha abandonado.
Besitos Avainillados