Podría decir que voy muy liada con el trabajo y no mentiría, pero la verdad es que el motivo por el cual estoy desaparecida por estos lares es qué estoy pasando por una crisis bloguera. Sí, como lo leéis, llevo tiempo dándole vueltas a la idea de hacer cambios en el blog y finalmente me lancé a ello, pero el resultado ha sido bastante negativo ¡No consigo saber ni que quiero ni cómo hacerlo! Ya sé que me vais a decir que hay millones de tutoriales para conseguir lucir un blog megachuliperoooo aquí una torpe no consigue ni poner el botón de Leer+ sin que me de error. Os juro que sigo paso a paso cada indicación, pero o mi blog conspira contra mí.
Por otro lado está ese tema que me remueve por dentro, llevo más de 10 años como blogger, pero hasta la fecha nunca me había importado si mi blog era “bonito”, “del montón” o poco “llamativo”. Básicamente porque era literario y en ese mundillo importa el contenido. Ya puedes tener el blog más molón de la historia, si los relatos o poemas que escribes sirven como el papel del wc mal vamos ¡no te lee ni el perro! Ahora bien, si el contenido te mueve hasta las entrañas entonces la cosa cambia, el blog puede tener una plantilla con bolas de Navidad de temporadas pasadas que da igual ¡triunfas!
Si me decidí a escribir en Baberos y Claquetas fue por esa necesidad imperiosa de hablar sobre mi maternidad, mis vivencias, Vikingo y todo lo que conllevaba mi nacer como madre, un reencuentro con mi niña interior y esa mujer que tenía olvidada o a la que poco conocía. Pero poco a poco me sumergí en la necesidad de crear un blog estéticamente ¡guay! Y no lo consigo, por no hablar de qué me he alejado mucho del tipo de contenido que buscaba, veo mis escritos vacíos y eso me duele.
El otro día en una de mis meditaciones caí en la cuenta que llevo dándole vueltas a crear un nuevo proyecto de blog, una fusión entre aquel antiguo blog que me acompañó durante años y donde vertía el alma a base de relatos y poesía, mezclado con esta maternidad mía que estoy viviendo como un despertar que me acerca al principio de los tiempos, cuando las mujeres paríamos, criábamos y amábamos la naturaleza, éramos respetadas y nos cuidábamos entre nosotras. Os adelanto que el blog ya está creado, pero aún faltan unas semanas para qué Mamá Águila desplegué las alas.
¿Qué haré con Baberos y Claquetas? Pensé en cerrarlo, luego me dio pena, es una parte de mí y de todas vosotras que me ha acompañado durante este año, Papidire insistió en no cerrarlo “escribe una vez al mes en cada uno. Baberos y Claquetas es tu parte más chistosa y realista. En cambio Mamá Águila es la espiritual” ¡Qué bonico madre! Finalmente creo que haré eso, al menos hasta que me aclare con los URL los CSS y los “cosos estos” como diría mi buena amiga A. Conseguiré dar cambios a este puñetero, aunque me cueste hacerlo todo de nuevo je je je
Mientras os sigo visitando ¿os podéis creer que aún no me he puesto al día? Y encima nos vamos de nuevo, una semanita al pueblo de Papidire en Cuenca, a desintoxicarnos que cada día me cuesta más la ciudad y esta vida de hormigón que llevamos.
Un abrazote!
Mami Productions