Como primer punto por el mes de abril, estuve con unos dolores terribles de espalda y cuello, mi doctor me recomendó unas pastillas muy fuertes que me tumbaban a la cama (anti inflamatorios y relajantes musculares como el Diclofenaco- Orfenadrina) lo que trajo consigo un stress nivel Dios, irritabilidad, cambios de humor entre otras cosas raras. Considerando que tenía mil pendientes por cumplir; mi familia, la casa, reuniones ¡De locos! Estuve casi un mes y medio en este plan…
Después de todo este malestar fui donde mi ginecóloga para la prueba de rigor (Papanicolau) y obviamente para que me dé el check y empezar a buscar baby. Le comenté que estuve con medicamentos hace como dos meses atrás pero me dijo que no habría problema y que no era un factor de riesgo por el tiempo, así que estrellita para mí y Luz verde GO!
Sin embargo muchas veces las cosas no salen como uno lo planea. En agosto ya tenía 5 semanas de embarazo y tuve un aborto espontáneo cumpliendo 6. Previo a esto tuve unos cólicos tipo dolor de regla y después un sangrado. Gracias a Dios tuve el gran apoyo de mi familia y sobre todo de mi mamá que siempre estuvo para darme un abrazo.
Tuve miedo, no lo voy a negar. El primer día fue muy complicado. Sentí mucha culpa. Me preguntaba qué rayos había hecho al revés, ¿habrán sido los medicamentos? ¿Por qué mi cuerpo está fallando? Siempre buscamos el porqué a todo cuando muchas veces no hay una causa. La realidad es que entre un 10 y un 20% de los embarazos detectados terminan en un aborto (la mayoría en el primer trimestre y por defectos cromosómicos) y quizá yo estuve en esta estadística.
Ahora me queda muy claro esta frase “el cuerpo es sabio” y tal vez no fue nuestro momento. Si alguna vez pasaste por esto sabes que siempre se supera, si estas triste llora los días que quieras para luego renacer y tomar vuelo. Gracias familia por apoyarme en todo y gracias a ustedes chicas que me leen!
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