Cuatro aspectos en las que mi familia se parece a un gran equipo de fútbol

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Y no, no es precisamente que seamos once. De momento sólo somos tres, así que como mucho podríamos montar una defensa del Barça de Cruyff (un valiente el tío) o una delantera del Barça de Guardiola. Ala, ya se me han notado los colores? Lo cierto es que es muy raro que en casi dos años de blog, aún no hubiese salido el fútbol a relucir. Con las de relaciones que unen a fútbol y familia, ¿verdad? Dos temas que parecen ir siempre de la mano. Al menos en las discusiones y los debates de sobremesa. No me digáis que no. Fútbol o política siempre encienden pasiones y ayudan a hacer la digestión. O se pone verde a Paco Marhuenda, o se le sacan los ojos a Montoro o se destripa a Cristiano Ronaldo. Eso en casa de mis padres, claro. Que aquí cada uno tiene sus filias y sus fobias.

Lo cierto es que el otro día, viendo que la mamá jefa estaba un poco decaída por un montón de factores externos que al final merman su moral, me puse a animarla (coaching lo llaman ahora los modernos) y me vi recurriendo a un símil futbolístico. Fue entonces cuando me di cuenta de que nuestra familia tiene más puntos en común con un gran equipo de fútbol de los que imaginaba. Sin romperme la cabeza pensando en demasía, he conseguido sacar cuatro. Ahí van:

1.En todo gran equipo hay algún tuercebotas, pero entre tanto crack no desentonan: Si echamos la vista atrás, veremos que en el Madrid de los galácticos, entre los Zidane, Figo, Ronaldo, Raúl o Beckham, había un tipo llamado Gravesen, más facultado para ser un orco en el Señor de los Anillos que para jugar al fútbol en la galaxia merengue. En el Barça que ganó la Champions con Rijkaard en el banquillo, entre los Ronaldinho, Etoo, Xavi o Puyol, había un chaval llamado Oleguer que tenía serias dificultades para dar un pase de dos metros. Son los tuercebotas, los paquetes del equipo. La suerte para ellos es que entre tanta estrella, cuando éstas deciden jugar bien, sus carencias pasan desapercibidas. Eso pasa en nuestra familia conmigo. Soy un tuercebotas en un equipo de estrellas. Un afortunado. He logrado no desentonar entre la mamá jefa y Maramoto.

2.Las estrellas suelen ser tan difíciles de gestionar como necesarias: Messi, Neymar, Cristiano Ronaldo, Ronaldinho? Si exceptuamos a Oliver Atom, que además de ser un crack, era una joya de niño, las estrellas suelen ser personajes difíciles, bombas a punto de estallar en el vestuario, fuentes constantes de malentendidos y polémicas. Sin embargo, como genios que son, son imprescindibles en cualquier equipo que quiere aspirar a ganar cosas, a generar felicidad en su hinchada. Maramoto es otro claro ejemplo. Ella es nuestra estrella, la que genera felicidad allí por donde pasa. A veces es muy difícil de gestionar, pero tenemos claro que en nuestra vida ella es imprescindible. A los mejores siempre es mejor tenerlos a tu lado. Y ella es la mejor. Con diferencia.

3.Los grandes equipos se hacen fuertes ante la adversidad: Cuando las cosas vienen mal dadas, cuando todo el mundo se pone en contra y la pelotita no quiere entrar en la red contraria, los grandes equipos hacen piña y sacan lo mejor de sí mismos. Se refugian en el grupo, lejos del ruido del entorno, y dan la vuelta a la situación. Por muy negativa que sea ésta. El Barça de Luis Enrique es un gran ejemplo. En enero nadie daba un duro por ellos. Hoy está en disposición de ganar todos los títulos. En esto es en lo que más incidí el otro día hablando con Diana. Nosotros somos tres y tenemos que hacer piña si queremos que todo lo que nos llega del exterior no nos haga daño. Sólo así nos haremos fuertes y le daremos la vuelta a la tortilla.

4.La idea por encima de los resultados: La verdad es que esto es un poco utópico en el mundo del fútbol, donde priman los resultados por encima de todo, pero lo cierto es que el Barça de Guardiola, además de ganar, puso un estilo por encima de todo lo demás. Lo mismo hacemos nosotros. Tenemos nuestra idea de crianza y eso está por encima de críticas o momentos de dificultad. Creemos en el apego, el colecho, el baby led weaning y el cariño y nadie nos va hacer cambiar en ese sentido. Seguro que como Messi en el Barça de Guardiola, nuestra pequeña gran estrella también nos sigue dando muchas alegrías.

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