Debemos tener en cuenta que los niños muy pequeños duermen muchas horas, por lo que es indispensable garantizarles un buen descanso. Para asegurarse de este descanso nos tenemos que asegurar que la cuna es cómoda y segura.
Oirás distintas opiniones sobre qué es más adecuado, pero lo importante es que conozcas los diferentes tipos de cuna y planifiques según tus preferencias. Además, que nos debemos fijarnos antes de adquirirla.
Y en su habitación, ¿cómo elegir la cuna adecuada?
Entre los diversos detalles que debemos tener en cuenta al elegir una cuna, están los siguientes:
Tamaño.
Comodidad.
Seguridad.
Ser práctica.
Vida útil (por el crecimiento del bebé).
Precio.
Material y calidad del mismo. ¿Cuántos tipos de cuna existen?
Desde que tu hijo/a nace y hasta aproximadamente los tres años, el lugar en el que duerme deberá adaptarse a unas necesidades concretas basadas en su talla y aspectos como, por ejemplo, el tamaño de la habitación.
Para ayudarte a elegir la cunita más adecuada a tus necesidades, a continuación, te proponemos una gran variedad de modelos que están clasificadas de la siguiente manera: moisés, mini-cunas, cunas y cunas de viaje.
Con independencia de los distintos modelos que existen de cada una de estas tipologías, las medidas de la cuna, si es práctica, la calidad-precio y la vida útil de esta son los criterios básicos que te ayudarán a diferenciarlas.
Lo que hay que comprobar
Lo primero que debes saber es que existe una normativa europea muy estricta que determina las características que ha de tener la cuna de tu hijo. Así que es recomendable que la adquieras en un centro autorizado y compruebes los embalajes para saber si las cumple. Observa que con el producto vaya acompañado de las instrucciones de uso.
Existen requisitos específicos como:
Los materiales y barnices han de ser “atóxicos”, difíciles de corroerse y resistentes. No debe haber rebabas en las partes de metal o de plástico, o astillas de madera. Los tornillos de fijación han de estar encajados o pulidos. Debemos prestar atención a los acabados.
En los moisés y minicunas se debe de evitarse el exceso de forro en el entorno del moisés o de la mini cuna, ya que el pequeño bebe respira exclusivamente por la nariz y le produce cogestión nasal aumentado el ronquido del recién nacido, confundiendo a la madre. Los barrotes del moisés están hechos para ventilar el niño y si se forra él bebe descansa mal.
La distancia entre barrotes debe estar entre los 4,5 y los 6,5 cm., esta es la distancia de seguridad para que el niño no pueda meter la cabeza y hacerse daño.
Hay modelos con colchón regulable en altura y barandilla permite regular el colchón en dos alturas según va creciendo tu bebé. La altura del colchón es importante por dos motivos: por un lado, es más cómodo que cuando son muy pequeños tengas al niño más arriba, más cerca de los padres para que pueden verlo y cogerlo con mayor comodidad. Por otro, ir bajando el colchón evitará que el niño pueda caerse de la cuna cuando ya es capaz de ponerse de pie.
Si la cuna dispone de ruedas tiene que moverse con facilidad y la obligatoriedad de contar con frenos. Aunque se recomienda que tenga patas, pues la inestabilidad de la cama y sus reflejos arcaicos hacen que el niño se despierte.
La cuna debe tener una altura interna mínima de 60 cm en la posición más baja de la base, y de 30 cm. en la posición más alta.
¿Y sirve cualquier colchón?
Seguro que has pensado la importancia de escoger el colchón. Es aconsejable que busques un buen colchón e invierte el dinero en un colchón (los hay para todos los bolsillos y de distintos materiales: espuma, muelles, combinados y látex) que asegure el descanso del niño.
En realidad te tienes que fijar en estas para acertar:
Que tenga la firmeza óptima para que se adapte a las curvas del bebe, aunque sin acentuarlas.
Debe ser transpirable y permitir una buena ventilación.
Además, es conveniente que tenga un antimoho, antiálergenico y antiacaros para que eviten su acumulación y proliferación. Además, a la hora de comprar la cuna debemos tener en cuenta el somier, ya que dependiendo de la cuna, esta tendrá un soporte diferente, pero debe ser rígido y sólido, indeformable, para favorecer un desarrollo de la estructura ósea y muscular del bebé.
Hay 3 tipos de somier:
Tela metálica: ha de ser de buena calidad porque tiende a encorvarse y debe resistir la corrosión.
Láminas de madera: deja pasar el aire y garantiza un buen apoyo.
Tabla de madera: debe ser lo suficientemente gruesa para aguantar sin problemas el peso del niñ@. No hay edad precisa en que se deba pasar a un niño pequeño de su cuna a una cama grande, aunque la mayoría de los padres lo hacemos cuando los niños cumplen 1 1/2 y 3 años de edad, aunque lo mejor es esperar a que tenga los 3 años ya que estará listo para hacer este cambio. Pero debes tener presente que si tu niño es demasiado grande o es demasiado activo para su cuna, puede que haya llegado el momento de sustituirla por una cama.