Las vacaciones son un momento clave para reforzar aquellas asignaturas en las que los niños han quedado un poco atrasados. Dado que las matemáticas suelen ser uno de los temas de preocupación más comunes, te traemos herramientas que te ayudarán. Además te contamos las razones por las cuales los problemas matemáticos no sólo permitirán a los niños entrar más seguros al siguiente año, sino que les aportarán un sinfín de beneficios en el desarrollo del pensamiento lógico y sus habilidades emocionales.
La práctica hace al éxito
Antes de empezar recuerda que no hay niños buenos o malos en matemáticas, “hay niños que practican más y hay niños que practican menos”. Cada uno tiene sus tiempos y sus preferencias, pero es importante entender que las matemáticas están en todos lados: en la música, en el arte, en el deporte y demás. Encontrando los ámbitos en los que el niño se siente más cómodo, es donde podremos aplicar los conceptos matemáticos y estimular su aprendizaje sin que este se convierta en algo tedioso.
¿Dónde encontrar problemas matemáticos?
¡En todos lados!
Hay sitios como math-center.org que están especializados y ofrecen miles de recursos gratuitos y problemas matemáticos para todas las edades y temas. Aprovecha sus ventajas y encuentra allí el material más adecuado para tus hijos.
Pero además de los portales, recuerda que las situaciones de la vida cotidiana son una fuente extensísima de problemas matemáticos y una oportunidad para aplicar los conocimientos de manera divertida.
Cuando vayáis a hacer las compras con tu hijo, invítalo a contar junto a ti las cantidades. Hazlo parte del proceso y pídele que elija “dos manzanas para cada uno”, pregúntale cuáles son los precios o dile: “compra lo que te alcance con estos 50 pesos”. Cuando le pidas que te dé la naranja “más grande” o “más pequeña”, o bien las pesen juntos, también lo estarás ayudando. Según su edad, puedes pedirle tareas más desafiantes como calcular cuánto cambio les corresponde recibir.
Si nos encontramos, por ejemplo, en una sala de espera, puedes proponer actividades como encontrar 3 sillas de tal color o contar cuántas niñas o niños hay.
Es importante que los niños y los adultos comprendan que las matemáticas no son algo que solo sucede en el salón de clase. Los problemas matemáticos se presentan en los temas de la vida real.
Cuando lleguen las preguntas clásicas de las vacaciones… ¡No pierdas la paciencia! Tómalas como una actividad…
Las típicas preguntas como "¿Mamá cuándo iremos a la playa?" las puedes responder de la siguiente manera: “iremos a la playa cuando la manecilla del reloj apunte aquí, es decir, cuando sean las 4 en punto”. O, iremos “el 10 de agosto…¿cuántos días faltan?”. Armen un calendario y vayan tachando los días, así practicarán el tiempo, las fechas y también las restas.
¿Cuánto falta para llegar? .. “falta 1 hora” o "faltan recorrer 30km", con respuestas sencillas como esas los niños se familiarizan con el tiempo y con las distancias. Hasta llegar a destino, pueden jugar a ver quién en el camino es el primero en encontrar un auto rojo, y pueden llevar un contador para ver quién encuentra más. De este modo practicarán las sumas y los números, y el niño podrá compararlos para saber quién es el ganador.
Sin dudas, una de nuestras actividades preferidas es compartir tiempo en la cocina. Cocinar juntos es compartir un tiempo de calidad en familia, y tiene una recompensa deliciosa. Además, se refuerzan conceptos como las unidades de medida, las fracciones, y el cumplimiento de instrucciones (recetas). Cuanto más divertida sea la actividad, más se afianzará en la memoria del niño. El proceso emocional del niño está altamente relacionado con el aprendizaje significativo.
Los problemas matemáticos solucionan más de una cosa a la vez
Los acertijos y problemas matemáticos poseen una dimensión más grande de lo que creemos. Desarrollan el cerebro e incluso, si se estimulan desde una edad temprana, pueden generar ventajas importantísimas en su coeficiente intelectual dado que son capaces de desarrollar nuevas regiones del cerebro e incrementar la cantidad de materia gris.
Cuando un niño se enfrenta a un ejercicio o problema comienza a comprender que esto requiere seguir una serie de pasos de forma ordenada. Así desarrolla una mayor tolerancia a la frustración y comprende que los problemas no son algo “terrible” como solemos expresar los adultos; los problemas sencillamente, son algo que debemos resolver.
Los problemas les ayudan a comprender -que al igual que en la vida- equivocarse no es grave, y que volviéndolo a intentar y con paciencia, todo mejora.