El avance tecnológico, imparable, y que afecta a todos los aspectos de nuestra vida diaria, también proporciona un sinfín de ventajas y ayudas a las mujeres que acaban de dar a luz. Hablo de todos esos accesorios para la maternidad, diseñados para proteger al bebé de cualquier mal, por menor o mayor que sea, que pueda ‘acecharle’... Si a nosotros, que somos jóvenes, nos sorprenden estas cosas, imaginemos lo que se tiene que pasar por la cabeza de los más mayores.
Nuestras abuelas utilizaban gasas en lugar de pañales. No tenían esterilizadores de biberones, adaptadores para el baño, o interfonos para escuchar al bebé, mientras éste dormía. Sin embargo, nuestros padres pueden decir que tuvieron una infancia normal y feliz, y seguramente más sana que la nuestra, en algunos aspectos.Tampoco nosotros hemos crecido con todas las comodidades que hay ahora.
Aunque ya había pañales de verdad, en los años 70 y 80, nuestros padres no entraban en foros de Internet, ni compraban a través de la red las últimas novedades para nuestra crianza. Y vuelvo a repetirme, ¿alguno puede quejarse de algo, en este sentido?
Hoy, además de todo tipo de productos para hacer sentir al bebé 'entre algodones', existen sensores de vigilancia para casi controlar la mayoría de sus rutinas diarias. Seguramente muchas de vosotras contáis con algunos en vuestros hogares...Hay sensores para controlar que el bebé respira correctamente, para vigilar el sueño, para el baño, para la fiebre, para saber si el bebé ha hecho sus necesidades …Por no hablar de ése famoso microchip, del que tanto se habló y que desconozco si ya se puede adquirir en algún país, cuyo fin es instalarse directamente en el brazo del niño, para conocer exactamente todos sus movimientos.
La verdad es que no sabría valorar bien este avance tecnológico tan brutal en cosa de pocos años, pero sí me parece que tenemos mucha suerte de que las nuevas generaciones de madres, contéis con ese maravilloso don heredado de vuestras incombustibles madres y abuelas, y que seguro que es infinitamente más eficiente que el mejor sensor del mercado: vuestro sentido común.
Porque, ¿qué puede proteger más a un bebé, que su propia madre?
Volviendo al tema de los sensores: ¿vosotras habéis comprado algún sensor para vuestros hijos? ¿Los utilizáis? ¿Os hacen sentir más tranquilas?
Foto.Sensor de respiración portátil para bebés, de Snuza Hal.