Una de las cosas que más se tiene en cuenta a la hora de analizar el dibujo de un niño es la situación de los elementos:
- Si está situado en la parte superior, estará relacionado con el ámbito del intelecto y la creatividad.
- Si está situado en la parte inferior, expresará necesidades físicas y materiales.
- Si está situado en la parte izquierda de la hoja, estará relacionado con el pasado.
- Si está situado en la parte derecha, estará vinculada con el futuro.
Si tu hijo dibuja formas grandes está indicando seguridad, mientras que si las hace más pequeñas y elaboradas expresa reflexión y falta de confianza.
Los trazos también dicen mucho. Por ejemplo, si un trazo es continuo indica docilidad, en cambio si son interrumpidos o cortados expresan inseguridad e impulsividad. Del mismo modo, si un trazo hecho con bastante presión indica voluntad y entusiasmo. Cuanto más fuerza aplique, más agresividad. En el otro extremo, es decir si tiene poca presión, indicará una falta de voluntad o desgana.
Por último no hay que olvidar la manera de coger los lápices o las pinturas. Si lo sujeta de una manera firme y apretada, indicará presión, mientras que si lo hace de una manera suelta, indica relajación y tranquilidad.
Esto son solo unas pautas superficiales. El mundo del análisis es muy complejo. ¿Conocéis alguna curiosidad o aspecto más?