A medida que los niños crecen, sus dibujos también van evolucionando, aportando más nivel de detalle a las cosas que dibujan en ellos. Así podremos ir observando cómo, por ejemplo, empezarán a poner exactamente cinco dedos en las manos, a pintar pestañas en los ojos, a poner cuello, a pintar el humo en las chimeneas?.
También podremos ver la evolución de sus dibujos observando cómo van variando en el uso de los colores, en el espacio utilizado para el dibujo, en la forma de colorear, en la fuerza o suavidad de los trazos?Pues bien es a partir de este momento cuando podemos interpretar sus dibujos.
Si bien para intentar hacer una primera valoración de cómo se siente el niño, lo primero que tendremos que hacer, será pedirle que dibuje sobre la cuestión que nos interese, por ejemplo, si queremos saber qué tal le va en el cole, le pediremos que dibuje un día en el cole, si queremos saber cómo se siente en casa, que dibuje a su familia?siempre intentando no condicionar al niño para que sea él mismo quien enfoque y canalice el dibujo con libertad. Únicamente así podremos conocer lo que realmente le está impactando o afectando y por supuesto es muy importante que a la hora de hacer el dibujo el niño se sienta cómodo y relajado.
Con el dibujo delante, nos fijaremos en los siguientes aspectos:
Tamaño del dibujo:
Determinará la autoestima y su grado de habilidad social y de relacionarse con los demás. Si su dibujo es pequeño, puede indicar que se trata de un niño más retraído, con baja autoestima o incluso con ciertos miedos a relacionarse con los demás niños. Por el contrario si el dibujo del niño es grande, más o menos la mitad o un poco más de la hoja, suelen indicar que se trata de un niño alegre, extrovertido?
Si observamos, no obstante, que el dibujo ocupa prácticamente la totalidad de la hoja, puede ser señal de que el niño tiene una autoestima demasiado elevada y esto en algunos casos puede observarse en niños dominantes, llegando a observarse conductas agresivas en ellos, o bien indicar que están a la defensiva por alguna razón.
Pero para llegar a estas últimas conclusiones, no solo basta con un simple dibujo, sería necesario observar otros muchos rasgos que nos pudieran indicar un problema en el niño, y que por supuesto, en ese caso, deberíamos consultar con un experto.
Dirección del dibujo:
Si vemos que la mayoría de los elementos miran hacia la derecha, estaremos delante de un niño normal, extrovertido, comunicativo, por el contrario si observamos que éstos tienden a mirar hacia la izquierda, por ejemplo, el humo de la chimenea en vez de salir hacia la derecha lo hace a la izquierda?puede ser señal de que el niño es algo introvertido o más tímido, y tendremos que prestar especial atención para comprobar si esta conducta es en algunas situaciones concretas o tiende a desarrollarlas en todas las relaciones sociales que establece.
Lugar del dibujo:
Si vemos que la mayoría del dibujo está concentrado en la parte de arriba del folio es un niño fantasioso, creativo, imaginativo. Sin embargo, si percibimos que la mayor parte del dibujo se realiza en la parte inferior, quiere decir que es un niño demasiado realista para su edad, y puede que necesiten reforzar la seguridad en si mismos.
Si el dibujo se agrupa en el lado derecho, se trata de niños extrovertidos, que tienen claro quiénes son y lo que quieren en el futuro; todo lo contrario ocurre si es en la parte izquierda, que puede indicarnos ciertos miedos, falta de seguridad e introversión.
Si la mayor parte del dibujo del niño está ubicado en el centro, son niños con autocontrol, bastante maduros para su edad.
Presión del trazo:
La presión del trazo es bastante subjetiva, ya que muchos niños simplemente todavía no tienen autocontrol en el manejo del lápiz, pinturas o rotuladores, no obstante con esta salvedad, si de repente notamos que el niño empieza a presionar mucho al dibujar, o que cuando su habilidad al respecto ya tendría que ser mayor y sin embargo todavía aprieta mucho al dibujar, puede ser señal de cierta agresividad o falta de control de los impulsos, aunque simplemente puede deberse a que todavía le falta madurar en el desarrollo de esas habilidades sociales. Por otro lado, en el caso de que el trazo sea demasiado suave, podremos estar ante una cierta depresión o ansiedad del niño, por lo que si esto se repite en dibujos sucesivos, deberíamos consultar con sus profesores, cuidadores, o especialistas.
Predominancia de ciertas formas:
Si el niño acostumbra a dibujar multitud de líneas rectas, incluso en aquellas formas o representaciones que no lo requieran, puede ser indicativo de cierta agresividad, quizá causada como reacción a alguna situación preocupante, aunque si no notamos que nuestro hijo suela tender a actuar con agresividad y/o dominancia, aunque puede ser simplemente un niño con un gran autocontrol en la forma de canalizar sus emociones.
Si observamos abundantes líneas curvas, son aspectos claramente positivos en un niño, dulzura, tranquilidad?aunque también puede ser señal de que son niños muy emotivos y sensibles.
Continuidad del trazo:
Si observamos que las líneas del dibujo del niño, se entrecortan, hay que prestar especial atención al niño, ya que nos puede estar dando señales de inseguridad, problemas de relacionarse con otros niños o incluso con adultos, y quizá cierta sobreprotección paterna, que les impide desarrollarse con plenitud. Si esto no ocurre, si el trazo es continúo, las relaciones del niño son perfectamente normales, niños adaptados y con capacidad para aprender a desenvolverse ante cualquier situación.
Por último podemos observar una serie de rasgos que no necesariamente tienen que aparecer en los dibujos de los niños pero que si aparecen son muy significativos:
Si el niño tiende a sombrear las cosas, el niño puede estar pasando por alguna situación que le genera angustia e incluso ansiedad.
Si hay muchos tachones, el niño tiende a sentirse inseguro de sí mismo.
Pero cómo todo, solo tenemos que tomar estas interpretaciones de los dibujos como meros indicios, ya que si notamos conductas o situaciones anómalas en nuestros pequeños, lo mejor es intentar hablar con ellos para conseguir entender que les puede estar ocurriendo, reforzar aquellos aspectos en los que notemos carencias y, por supuesto, siempre que lo necesitemos recurrir a profesores, pedagogos o psicólogos, que nos pueden ayudar mucho en que nuestros niños sean niños felices y seguros de sí mismos.
Si queréis saber mucho más, o incluso ayuda profesional os sugiero esta página de psicólogos, con completa información sobre la evolución normal de los dibujos infantiles: www.psicodiagnosis.es
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