Para los padres esto es más difícil todavía, pues en sus mentes ellos se irían primero, tras ver a su pequeño crecer y formar su propia vida, cuando se asume que esto no va a pasar, el sufrimiento crece torturándolos por igual, se cree que la edad del hijo influye en la capacidad para superar su falta, sin embargo el duelo para sus padres es el mismo sea pequeño o grande, la diferencia está en la sociedad, ya que para ella entre más pequeño sea el niño, más terrible su deceso.
¿Cómo llevar la pérdida de un hijo los primeros días?
Tras el evento que produce la pérdida de un hijo viene una serie de eventos que pasan son que los padres asuman todavía lo que está sucediendo, la incredulidad es lo primero que acude a ellos, ya sea repentina o por una enfermedad degenerativa los padres conservan siempre la esperanza y la pérdida de un hijo siempre generará el sentimiento de incredulidad en su familia.
Se estima que a partir de la segunda semana se empieza a extrañar a las personas que fallecen, durante ese tiempo es normal que los padres en su duelo desatiendan cosas básicas como comer, dormir o hacer otras actividades, durante toda esta etapa es importante que siempre estén acompañados y alguien se ocupe de que realicen estas cosas y, que con el tiempo, retomen sus hábitos y rutinas.
¿Cómo mitigar el dolor de la pérdida de un hijo?
El dolor por la pérdida de un hijo no se cura, solo se asume y se aprende a vivir con la tristeza, aun así seguir adelante es la tarea principal ya sea por otros hijos que quedan, por la pareja o por sí mismo, sea cual sea la motivación, levantarse y continuar es lo que se debe hacer.
En la pareja la pérdida de un hijo puede traer problemas, reproches y culpas salen a la luz y en muchas ocasiones no se logra volver a formar un hogar, las parejas que han tenido fuertes pilares desde antes de que la tragedia sucediera pueden superar más fácil juntos esta difícil etapa, el apoyo entre los dos, procurarse nuevas metas y enfocarse en los otros hijos, si los tienen, son algunas opciones.
Esta pérdida es una de las más difícil de afrontar, está bien llorar, gritar, hablar todo el tiempo del pequeño si eso es lo que se quiere, hay que desahogarse pero también es necesario buscar ayuda profesional, hacer cosas que den tranquilidad y ayuden a restaurar la paz interior, como acercarse a la naturaleza, hacer introspección.
Entender que es un paso más que debe darse y que es necesario dejarlo ir, si bien permanecerá siempre en la memoria, que sea un recuerdo feliz y ser feliz también en su honor.