Muchos de vosotros estáis ya de vacaciones y, seguramente, hayáis escogido distintos destino en función de vuestros gustos, pero, más o menos, todos relacionados con la playa o montaña. Sin embargo, ¿qué pasa si contamos con un bebé en casa? ¿Podemos disfrutar del sitio al que viajemos? La respuesta es sí, el otro día os contábamos cómo disfrutar del bebé en la playa, pero en la montaña, también podemos pasarlo muy bien .
A pesar de lo que algunos podemos pensar, a partir de la tercera o cuarta semana, nuestro bebé puede ya realizar una ruta en la montaña. Eso sí, por supuesto, con muchas precauciones. Para empezar, el bebé tiene que viajar en una mochila pegada a nuestro cuerpo y siempre pegado al cuerpo y debemos colocar una almohada cervical para colocarle bien el cuello, cuando los pequeños se duermen. Al principio, puede que la silla o mochila nos resulte un poco incómoda y que el bebé llore bastante, además de podernos pegar algún susto, con algún pequeño tropezón, pero poco a poco nos iremos acostumbrando.
¿Qué precauciones debemos tomar? Sobre todo, tenemos que tener cuidado con los cambios climáticos. Debemos prever que en algunas zonas de la montaña puede hacer bastante frío, así como lluvia e incluso nieve, por lo que tenemos que preparar abrigo para nuestro pequeño. Pero igualmente, tenemos que prepararnos para el sol. Necesitaremos un toldo para la sillita de nuestro bebé, crema protectora y mucha hidratación, deben tomar periódicamente zumos y agua para no tener problemas de deshidratación.
En cuanto a la distancia, nuestro bebé no tiene por qué ponernos límites, estos los establecerán nuestras propias ganas y piernas. Los bebés son una auténtica felicidad y debemos disfrutar de las cosas que nos gustan junto a ellos.
¿Dónde vas a ir de vacaciones?
Imagen: www.sheknows.com