Todos estamos de acuerdo con que el chupete es el mejor amigo de los bebés. A casi todos les encanta, los padres, lo utilizamos como sustitutivo del pecho materno o del biberón y en muchas ocasiones, ante el dolor que produce la aparición de los primeros dientes, pero muchas veces su uso se convierte en una auténtica adicción para los niños, que son incapaces de vivir sin ellos, respondiendo con grandes berrinches a los intentos fallidos por parte de los padres de retirarles su uso.
Está claro que, en ocasiones, los chupetes son un gran relajante para los niños, pero, ¿son beneficiosos o perjudiciales para los bebés? El chupete no es una herramienta indispensable para el correcto crecimiento de los bebés y por supuesto, nada necesario si optamos por no dárselos en ningún momento. Pero tampoco resulta exactamente perjudicial, si sabemos cuándo retirárselo a tiempo. ¿Quieres saber exactamente cómo ha de ser el uso del chupete por parte de los niños? En este reportaje, te lo contamos.
El correcto uso del chupete
Para algunos padres, en ocasiones, el uso del chupete es inevitable. Sin embargo, si optamos por usar este instrumento, debemos hacer cuando verdaderamente el bebé lo necesite y no para relajarnos nosotros mismos de los llantos de nuestro hijo.
Por supuesto, no debe ser un sustitutivo del pecho materno o biberón. Si el niño tiene hambre, no podemos usar el chupete para calmarle, debemos anticiparnos ante ese momento y tener preparada su toma a la hora que deba tomarla. Si su alimentación se basa en lactancia materna, no le des el chupete, directamente ofrecele el pecho, será mucho más beneficioso para su alimentación. Por otro lado, si la causa del llanto del bebé no es el hambre, tenemos que intentar calmarle por nuestros propios medios antes de usar el chupete. No esta mal que recurramos a él, pero tenemos que entender que debe ser un objeto casual que relaje a nuestro bebé, no un instrumento de su vida diaria, puesto que algunos bebés son incapaces de vivir sin él.
El chupete y la lactancia
A veces, no somos conscientes de que el chupete puede interferir negativamente en la lactancia del bebé, pero lo cierto es que ocurre en demasiadas ocasiones. Para succionar el chupete, los niños deben tener los labios entreabiertos, mientras que cuando toman el pecho, los labios deben estar abiertos, porque, además del pezón, deben abarcar también la aureola. Por eso, cuando el bebé abusa del chupete, la forma de succión varía, por lo que puede afectar a la correcta transmisión de la lactancia.
El resultado es que el bebé puede dejar de coger el pecho con la misma eficacia y, por tanto, no alimentarse adecuadamente, ya que el niño toma una cantidad menor de leche, lo que influye, asímismo, en su crecimiento. La solución para que el uso del chupete no afecte a la lactancia materna en exceso, es que recurramos a este instrumento, al menos, después del primer mes de vida del bebé, ya que en las primeras semanas tiene lugar la fase de calibración, en la que la producción de leche se estima en función de la demanda del bebé.
Debemos saber que si el tipo de alimentación que damos a nuestro pequeño es el biberón, el chupete afectará en menor medida a la correcta alimentación, ya que la forma de succionar tanto en el biberón como en el chupete es bastante similar.
¿Puede el chupete influenciar en los dientes?
Otro aspecto negativo del chupete está relacionado con los primeros dientes del bebé. No es que el chupete en sí perjudique a los dientes, pero la incorrecta succión sí. Además, el gran peligro para los dientes se produce en aquellos casos en los que los padres aplican, sobre el chupete, algo de miel o azúcar en el chupete para que el dulzor provoque la relajación en los niños.
El habitual uso del azúcar, miel o cualquier sustancia dulce puede provocar caries en los dientes, lo que influye de por vida en todos los dientes que tenga el niño, tanto en su infancia, como en la vida adulta. La contraposición o el beneficio del chupete para los dientes, se encuentra en el momento en que los niños optan por chuparse el dedo. El dedo de los niños provoca una mayor presión sobre el paladar de los bebés, lo que puede crear una malformación en los dientes infantiles. En este caso, es preferible el uso del chupete frente al dedo en la boca, pero eso sí, debemos retirarlo alrededor de su primer año de vida.
Agradecimientos: myteeth.co.za, David Goehing/flickr, pfly/flickr, allison/flickr
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