Bien utilizado, el uso del chupete puede ser muy ventajoso para calmar muchas situaciones que le ocurren a nuestro bebé. El hambre, la ansiedad, la soledad, el dolor e incluso el miedo, pueden desaparecer simplemente con la ayuda del chupete y el vicio que tienen los bebés por chuparlo.
Sin embargo, el uso del chupete no debe superar el recomendado por el pediatra. Entre otras cuestiones, por la dependencia que genera que hace que en ocasiones nos cueste aún más quitarle el vicio que calmar sus ansiedades. ¿Qué sabemos del chupete? ¿Cómo debe ser? Dado el gran uso que va a hacer nuestro hijo de este instrumento, debemos conocerlo a la perfección.
El chupete debe ser utilizado durante un máximo de dos meses, tras los cuales debe ser cambiado por otro. Los de silicona aguantan más que los de otros material, sin embargo, si notamos que la silicona está rajada o picoteada, debemos cambiarla de inmediato, ya que el bebé puede tragarse algunos trozos. Por supuesto, los bordes deben ser redondeados, la estructura no debe tener partes desmontables y sus elementos decorativos deben estar perfectamente adheridos. Normalmente, sólo asegurándonos de que esté perfectamente esterilizado, no tendrá ningún problema.
¿Cómo es el chupete de tu hijo?
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