Hace ya unas semanas que los Reyes Magos y/o Papá Noel pasaron por nuestras casas. En la mayoría de los casos lo hicieron dejando montones de regalos, juguetes que en vacaciones centraban la atención de nuestros niños y niñas pero que ahora, con la vuelta a la rutina diaria, debemos racionalizar . Hace unos días, nuestro amigo Luis Miguel Martín, psicólogo y orientador en el colegio SAFA-Almería, intervenía en la Cadena SER para hablar de cuánto tiempo deben dedicar los niños a sus juguetes y del uso de los juguetes electrónicos.
Demasiados juguetes
¿Cuántos juguetes tienen nuestros hijos e hijas? ¿Juegan con todos? ¿Les dan algún tipo de valor? Seguramente esta pregunta os la habéis hecho en alguna ocasión durante estos días. Nuestra casa se ha inundado de juguetes y ahora nuestros niños deben tener otras prioridades y obligaciones. Seguramente no juegan con todos e incluso, si son muy pequeños, juega más con el envoltorio que con el propio juguete. Luis Miguel opina que un número elevado de juguetes hacen que el niño no les de el valor que requiere. “Si tenemos muchos juguetes le damos menos valor. Nosotros no le debamos el mismo valor a los juguetes que nuestros niños le dan a los suyos ahora. Ahora, al tener tantas cosas, les dan menos valor”.
Y es cierto. Juegan un rato, se cansan enseguida, van a por otro, y así hasta que llenan el salón de casa o la habitación de juegos de muñecos, piezas de construcción, coches, etc.. Algo que suele funcionar muy bien es la “dosificación de los juguetes”. Consiste en guardar una parte de los juguetes que han conseguido, por ejemplo, esta Navidad. Transcurrido un tiempo, por ejemplo, seis meses, les “damos el cambiazo”. Sacamos los guardados y guardamos los que estaban usando. Este truco suele funcionar.
El juguete como recompensa
El psicólogo opina que los juguetes, el tiempo de juego con ellos, deben convertirse en premios. Que el juego se convierta en un estímulo por el trabajo realizado. “Has hecho los deberes, has recogido tu cuarto… pues ahora puedes disfrutar de un rato de juego”, explicaba Luis Miguel Martín.
Y es que, a su juicio, debemos convertir los juguetes en recompensas. “El tenerlos ya lo es, pero el usarlos también debe serlo. Las recompensas, ¿cuándo se dan, antes o después de trabajar? Siempre deben darse después de trabajar”.
Todo el rato frente a la consola
Muchos padres nos alarmamos por el excesivo tiempo que pasan nuestros hijos frente a la consola que trajeron Sus Majestades. ¿Debemos administrar el tiempo que pasan jugando con ella? Luis Miguel Martín piensa que si. “Somos un ser social, si los juguetes electrónicos convierten a los niños en personas asociales, no crearemos en nuestros hijos el repertorio de conductas que necesitan para ser sociables con los demás, los convertiremos en personas que disfrutan estando solos, personas auto aisladas”, afirmó el psicólogo. Pero claro, esto tampoco significa que tengamos que prohibir esos juguetes. “Tenemos que ser conscientes de que debemos intentar que pasen el mayor tiempo posible jugando con otros niños“.
Debemos potenciar que juegue en grupo, con otros niños. “Le diremos “primero juga un rato con tus amigos, y luego, cuando sea más tarde y estemos en casa, jugaremos con la consola”, recomendó Luis Miguel.
¿Y vosotros cómo gestionáis los juguetes o el tiempo de juego? Contadnos vuestra experiencia, así tod@s aprenderemos.