En nuestra nueva intervención en el podcast de Buenos Días Madresfera, hemos tratado un tema que está de plena actualidad: las galletas y su presencia en los menús de los hospitales.
Hace unas semanas Javier Bravo, autor del blog Natur Bravo lanzaba en la plataforma change.org, una petición de firmas que ha contado con numerosas respuestas en redes sociales y medios de comunicación.
Su iniciativa era clara. Después de haber visto como a su padre, enfermo en recuperación, le daban como primera comida (tras 30 horas con suero) un paquete de galletas, era necesario llamar la atención sobre la comida hospitalaria.
En este caso, su lucha aparentemente es contra las galletas, o el uso de bollería industrial en lugares en los que, a priori, se espera que trabajen por mejorar nuestra salud.
Pero realmente, su mensaje va más allá.
La bollería industrial, como ya dijimos en el anterior Buenos Días Madresfera con La Cocina de las Ideas, es el mejor ejemplo del producto ultraprocesado: grasas trans, azúcares refinados, aceites de mala calidad, harinas refinadas…No es un alimento y hay que tratar de reducirlo o eliminarlo de nuestras comidas y las de nuestros hijos.
La lucha de Bravo va en esa línea, los hospitales, la sanidad, los referentes en materia de salud, no puede contribuir a que se generalice más el consumo de productos que deberían ser de presencia esporádica en nuestras dietas.
La presencia de galletas en la dieta de un enfermo, transmite la idea de que eso “no debe ser tan malo”.
Javier Bravo, lo que reclama en el fondo es ejemplaridad en la sanidad, para que contribuya a que la alimentación de nuestra ciudadanía mejore. Reclama que los hospitales vinculen la comida con la recuperación de los pacientes: si comes bien estarás más sano. No podemos lanzar ese mensaje continuamente y después que en un centro médico te den galletas para recuperarte.
¿No sería mejor, que los hospitales proporcionasen fruta, frutos secos, pan, un buen queso, aceite de oliva, yogures…?
Entonces aparece la siguiente revelación encubierta en la petición de Javier Bravo: la calidad del menú del hospital, depende de un servicio de catering, y prima la economía, duración del producto e incluso aceptación por parte del paciente, sobre la salud.
Nuestro paladar está acostumbrado a determinados sabores, texturas…y acepta de mejor grado un paquete de galletas que un trozo de queso o unas nueces.
Lograr que nuestros hijos entiendan la importancia de una alimentación sana, es la clave para que en el futuro ellos exijan que estas situaciones no se repitan.
Por lo tanto, la petición de Javier Bravo no es eliminar las galletas de los hospitales, es llamar la atención sobre una realidad que afecta a la salud de la población.
La mala alimentación es hoy un problema de salud pública, y debe ser la sanidad la que tome las riendas, no la que ampare los malos hábitos alimenticios.
En las redes sociales ha habido posicionamientos a favor y en contra. A favor, los que,como La Cocina de las Ideas y Madresfera, creen que la alimentación es clave en la salud personal. En contra, los de aquellos que piensan que unas galletas, no pueden ser motivo de polémica.
Esta reflexión, me sirve para introducir una cuestión que me planteaba hace un par de días una seguidora del blog: ¿qué puedo poner en la mesa cuando unos amigos vienen a tomar un café?
Es verdad que este blog se centra en los peques, pero ¿qué sucede cuando los niños vienen acompañados de sus padres?
A mí me gusta el café, tengo que reconocerlo, pero no me tomo más de dos al día. Lo único que pido es que esté rico, bien hecho, en una buena cafetera, y ya que nos ponemos exigentes mejor en una marca española de cafeteras.
El problema surge cuando hay que decidir con qué acompañarlo, os voy a dar algunas ideas que a mí me funcionan.
Ideas para una merienda sana con papis y mamis
Unas palmeritas caseras de hojaldre. Solo tienes que trazar una línea que divida la plancha de hojaldre a la mitad por los dos lados más largos, y empezar a enrollar hasta que se encuentren. Tienen que quedar como dos tubos. Empiezas a cortar transversalmente trozos del grosor de un dedo. Y quedarán corazones de hojaldre pequeños y perfectos. Las pones en una bandeja de horno y las pintas con un poco de huevo batido o aceite de oliva vírgen extra. Mételas al horno precalentado a 180º hasta que veas que se doran, unos 10 minutos.
Galletas naturales caseras
Tarta de frutas expréss
Bolitas de zanahoria y avena
Tostadita de pan con queso roquefort, manzana en láminas finas, nueces y sirope de arce.
Tostada de queso crema casero, mermelada de moras y nueces.
Tostada de mascarpone con fruta deshidratada y miel de brezo.
¡Espero que este post te haya gustado y lo pongas en práctica!
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La entrada se publicó primero en La Cocina de las Ideas.