Estudios recientes demuestran que, un 16% de los jóvenes de nuestro país presentan conductas agresivas. Mientras los padres observan preocupados un crecimiento en las actitudes violentas de sus hijos, los chavales, según los expertos, se sienten ‘incomprendidos’. ¿La clave de todo esto? Parece que está en la educación, pero el entorno familiar y social y la predisposición del joven a infringir las normas morales y sociales, tienen mucho que ver.
Cada vez son más frecuentes los estudios que intentan entender y manifestar a la sociedad los principales problemas de nuestros adolescentes así como aquellos factores que les guían o condicionan para, en general, comportarse de una u otra manera.
Aunque nunca podemos hablar en términos absolutos sí que hay un crecimiento notable en ciertas actitudes que los jóvenes entre 14 y 20 años manifiestan en sociedad.
¿Qué hay detrás de la violencia?
Según Ángel Nogales Espert, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital 12 de Octubre de Madrid, ‘’es fruto de una menor capacidad en este grupo de población para expresar sus sentimientos y afirmar su personalidad ante la gente adulta’’Pero estas palabras explicativas pueden no acabar de convencer a los familiares de estos chicos y chicas que constituyen su principal referente y punto de apoyo y que por ello, se sienten como los primeros responsables y afectados directamente por sus actos.¿Hay un exceso de libertad?
Hay expertos que aluden al ‘exceso de libertad’ que caracteriza los últimos 20 años a nuestra sociedad. En menos de dos décadas los españoles hemos sufrido un sinfín de cambios sociales a todos los niveles que han pasado desde la más dura represión, por un proceso de liberalización social hasta el punto en el que nos encontramos hoy en día, el que califican muchos estudiosos como ‘neolibertinaje’.La palabra libertinaje antiguamente aludía a aquellas personas que se sentían identificadas con una doctrina o pensamiento basado en la libertad total como individuos y que normalmente estaban sometidos a un sistema dictatorial o rígido en el que casi necesitaban comportarse de esa manera.
Para muchos 'no hay normas'
La ausencia o el rechazo a las normas, que son los límites sociales a nuestra conducta como seres humanos, se ha calificado como utópica puesto que está demostrado que el ser humano necesita del Derecho para convivir armoniosamente en sociedad.Actualmente el neolibertinaje ha perdido su tono romántico y anarquista para dar paso a una nueva generación de adolescentes que no se atienen a ninguna normal impuesta por la sociedad. Estos jóvenes, por lo general, pertenecen a ámbitos desestructurados, han tenido libertad desde que eran muy pequeños, y ese contacto prematuro con la realidad social les ha hecho ‘perderse’ en los estratos más oscuros y negativos de la misma.
Falta de criterio propio y necesidad de adaptación al grupo
Por supuesto no todos nuestros jóvenes son de esta manera. El problema, según los expertos está en que a esas edades, los chavales se dejan influenciar por aquellos ‘líderes’ de grupo que por razones de carisma o a veces imposición son considerados ‘los más fuertes’. De esta forma, el resto del grupo asume como suya la conducta agresiva aunque ellos, intrínsecamente, no están de acuerdo.Todos hemos asistido alguna vez al desarrollo de una pandilla de barrio y cómo se desenvuelven ‘de cara a la sociedad’. Normalmente hay una o dos figuras que llevan la voz cantante, mientras hay otros muchos que pasan desapercibidos. Los que rechazan frontalmente la actitud general del grupo, son marginados o criticados, y en muchos casos incluso se les acosa para que actúen como el resto.En la adolescencia, somos más vulnerables que nunca, por eso aquellos que destacan por tener ‘más personalidad’ y después se convierten en los más agresivos, suelen ‘contagiar ‘al resto estas conductas violentas.
El papel de los medios de comunicación
“Hay que ser conscientes de que no se le puede pedir un comportamiento cívico a una persona que, desde su infancia, ha vivido en un hogar que ha descuidado su educación y donde no ha tenido referencias de comportamiento ni de valores. ‘’ sostiene Ángel Nogales.Además, el profesor hace especial hincapié en las personas que han sido bombardeadas, a través de los medios de comunicación, con escenas de violencia, actitudes depredadoras y sexo incontrolado.
Según el experto, ‘’las medidas a tomar deberían afectar, por tanto, a la familia, a la escuela y a la sociedad en sentido amplio”.
Qué hacer como padres
Cada familia y cada hijo o hija adolescente son universos diferentes. En muchos hogares acomodados y donde se ha respirado un ambiente supuestamente ‘sano’ puede desarrollarse un verdadero delincuente, así como en ambientes desestructurados ‘sobreviven’ jóvenes que son auténticos ejemplos de superación y de buena conducta.Los psicólogos recomiendan no utilizar la ‘guerra preventiva’ con los hijos. Algo que se traduce en prohibir todo tajantemente, pues puede producir en ellos un efecto adverso de rebeldía mucho más intensa. Por el contrario hay que mostrarse dialogantes con ellos y flexibles pero nunca como ‘colegas’ y siempre debes dejar claro su autoridad como tutores.
Claro que puedes hacer mucho más de lo que crees, fomentando la comunicación con sus hijos. Así verán que no están solos y se sentirán en confianza para contaros sus inquietudes y problemas. Y un último mensaje positivo, !todos hemos pasado por la adolescencia y aquí estamos! Ánimo.
Agradecimientos: Ángel Nogales, pediatra del hospital Doce de Octubre de Madrid.