La lactancia natural es imprescindible para que el niño crezca de forma saludable. Además, ésta es la fuente que cubre las necesidades más básicas del bebé: alimento, seguridad, afecto y placer. En el acto de lactar hay que tener en cuenta varios factores: posiciones, frecuencia, cantidad de leche...
En este reportaje te damos los consejos para una lactancia natural saludable.
Periodicidad y horarios
El niño se pondrá al pecho por primera vez entre las 12 y las 24 horas después del nacimiento. Inicialmente dentro de la lactancia natural lo primero que se debe hacer es obligar al bebe a mamar con cierta frecuencia, para que se estimule la subida de la leche y el bebé se acostumbre en la práctica de la succión y deglución. Lo lógico es que en estos primeros momentos no extraiga ningún o muy escaso líquido. Por otra parte, sabemos que el calostro es muy rico en calorías, por lo que es resulta muy alimenticio para el niño, proporcionándole lo que necesita en estos primeros días de su vida.
Al segundo o tercer día se pondrá el pecho menos veces, para encontrar al poco tiempo un horario más fijo. Pero es aconsejable no ser demasiado estrictos en el horario durante el primer mes. Debemos ir siendo más exigentes poco a poco, pero durante los primeros días se pueden adelantar o retrasar algo las tomas, incluso dar alguna durante la noche si el niño llora más de lo normal.
Hay un criterio respecto al horario que se ha de seguir en la alimentación del bebé. En la lactancia materna es más correcto dar el alimento cada tres horas y descansar seis horas por la noche. De esta manera el niño toma el pecho siete veces; si se da la primera toma del día a las seis de la mañana, la última se hará a las doce. Este horario está basado en que la leche de mujer la digiere el niño mucho más rápidamente que otras leches, para las cuales sería mejor seguir el ritmo de cuatro horas, descansando ocho por la noche.
Consejos y recomendaciones para una técnica adecuada
-El niño debe introducirse en la boca el pezón y la mayor parte de la areola.
-Cambia de pecho en cada nueva toma del niño. Comienza siempre la siguiente toma con el pecho del que el niño no comió o comió menos la última vez. De esta manera conseguiremos una producción equilibrada de los senos maternos.
-Al retirar al niño del pecho debemos hacerlo introduciéndole el dedo en la boca, para evitar así dañar los pezones.
-Si el niño no pide lactar con la frecuencia necesaria, hay que ponerle al pecho igualmente para no alterar su organismo alimenticio.
-Si sientes dolores en el pecho mientras la toma de leche, es posible que el niño no tenga una postura adecuada. Observa las posiciones ilustradas más abajo para comprobar las diferentes opciones.
* Un indicador de que el niño está recibiendo la cantidad adecuada es comprobar que moja los pañales entre seis y ocho veces al día.
* Si los pezones se enrojecen es aconsejable consultar con un médico.
Otros consejos higiénicos
Es muy recomendable lavarse las manos antes de cada toma.
* No des al niño otros elementos de succión complementarios, como chupetes o biberones, ya que podría confundir su verdadera fuente de alimentación.
* Durante la ducha de la madre es preferible no usar jabón en la zona de los pezones.
* Busca la máxima comodidad y eficacia.
Posiciones para el acto de la lactancia
La posición en la que se produce la toma de leche es muy importante. Hay que tener en cuenta tres criterios básicos:
* Una adecuada posición de la madre.
* La correcta posición del niño respecto a la madre.
* Correcto acoplamiento de la boca del niño al pecho de la madre. Esta condición es fundamental. La boca del bebé es siempre la que tiene que acomodarse a los pezones de la madre y nunca al revés. Para que la lactancia sea correcta, la madre debe tener siempre una posición cómoda.
-Posición tradicional. El niño está acostado de lado, sobre el brazo de la madre, que sujeta al bebé de las nalgas. Para esta posición lo más recomendable para la madre es estar sentada, en un sillón mejor que en una silla.
-Posición de canasto o pelota. La mayor ventaja de esta posición es una sencilla succión para el niño. Para la madre es más incómoda, ya que deberá sujetar todo el peso del cuerpo del bebé con una sola mano.
-Posición reversa. El niño está prácticamente tumbado aunque tendrá que tener la cabeza girada, por lo que la toma le resulta más incómoda.
-Posición de caballito. Esta posición precisa de una almohada o un cojín donde se sienta el niño. De esta forma consigue llegar al pezón de la madre, mientras le sujeta la cabeza.
-Posición en decúbito ventral. En esta postura el niño tendrá más dificultad en la succión. Además, no es recomendable que el niño se encuentre tumbado mientras se alimenta. En caso de adoptar esta posición, el más adecuado.
-Posición en decúbito lateral. Es una posición de máxima comodidad para ambos. La madre no tendrá que hacer esfuerzo en sujetar al bebé pero, igual que en la posición anterior, tiene el inconveniente de que el niño está tumbado.
-Posición para gemelos. Es la técnica más sencilla y casi la única utilizada para el amamantamiento de gemelos. La madre coge a cada niño con un brazo, mientras reposan sus cabezas sobre las palmas de la mano. El lugar más adecuado es el sofá.
Cantidad y ritmo de las tomas
Tanto la cantidad como el ritmo de las mamadas varía según la edad del niño. El recién nacido normalmente hace un pequeño descanso en una misma toma. Primero succiona unos minutos, luego descansa, y después vuelve al pecho.
La cantidad de leche que debe manar del pecho varía con los meses:
Ingestión por edad
0-2 meses
50-125 gramos por toma
2-4 meses
100-150 gramos por toma
4-6 meses
125-175 gramos por toma
Durante los tres primeros meses el bebé va cambiando el ritmo y pidiendo más cantidad. Además, succiona todo seguido y ya no descansa. Es muy común pensar que los pezones no tendrán suficiente leche, pero eso nunca ocurre. En caso de que el bebé haya quedado insatisfecho espere 20 o 25 minutos y vuelva a darle pecho. A partir del segundo trimestre de vida, el bebé ya tiene experiencia y la lactancia no debe tener ningún problema.