Se ha acercado a mi, como cada una de estas noches, se ha sonreido, ha pasado los brazos por mi cuello y me ha puesto la carita para que le de besos, aún no sabe dar besos ella.
Cada una de estas noches junto a ella y luego junto a su hermano aprendo algo de lo que es ser madre, de la maternidad, aprendo un poco más cómo quererlos, cómo mimarlos, aprendo a ser una persona mejor, aprendo a amar.
Hay mucho que aún no se, en el foro lo veréis, pero la verdad es que enseñan tanto a su modo natural, sincero e inocente de amarnos, enseñan tanto en su modo de jugar, pintar, llorar, quejarse, que decir que no se sabe nada de nuestros hijos no es solo imposible, es inmoral por ser incierto.
Mis hijos han aportado tantas cosas a mi vida, a mi propio ser que sin ellos yo no sería yo, sería otra persona e indudablemente una persona más pobre de lo que soy hoy en día.
Siendo madre aprendí lo que significaba el sacrificio, aprendí lo que era el amor incondicional, aprendí cómo es la verdadera paciencia. Y cada día aprendo algo de cómo es vivir con hijos, de como es sencillamente vivir, aprendo qué es lo que se busca llorando y qué se busca con una queja, aprendo algo de cómo nos comportamos los adultos, de cómo me comporto yo misma, de las razones profundas de cada cosa que hacemos, de cada cosa que no decimos, de cada queja muda.
Siendo madre comprendí muchos de los sacrificios que mi madre hizo por mi. Mucho de lo que pasó para ayudarme a ser la mujer que hoy soy, la madre que hoy soy.
Espero seguir aprendiendo y sobre todo espero tener la sabiduria para aplicar cada cosa que aprendo, para ayudarles a ser buenos hombres y mujeres, felices, buenos padres y madres, orgullosos de ser como son y capaces de aprender cada día de sus propios hijos un poquito aunque sea.