Esta es una lista de 10 cosas que mi hija en estos 2 años 5 meses me ha enseñado, porque sí, ella es mi maestra y todos los días aprendo algo nuevo a s lado.
1. Siempre hay tiempo para todo.
Es difícil vivir en una sociedad que marca el tiempo como si no hubiese un mañana, a mí me gusta pensar que sí, pues siento que siempre habrá tiempo de hacer esas cosas de adultos que pensamos deben hacerse al momento y debo confesar que es una de las cosas que más me ha costado trabajo cambiar durante este tiempo pero no es imposible. Habrá días que la casa no está limpia al 100%, otros esta reluciente, pero siempre tengo un tiempito para estar con ella, para escucharla, para abrazarla, obviamente me tardo lo doble en hacer todo pero es un sacrificio que se hace con mucho amor y cariño.
2. Ríe a carcajadas y llora hasta que ya no tengas lágrimas.
Mostrar tus emociones y además reconocerlas es de sabios. Además de ser totalmente honesta con tus hijos les estas dando herramientas para que ellos sepan reconocer sus emociones y saber qué hacer con ellas. La parte difícil del asunto es precisamente saber qué hacer con ellas, con esas emociones feas que uno no quiere tener, por experiencia propia lo que puedes hacer es simplemente darles la bienvenida y despedirlas cuando se vayan. Yo he llorado a mares frente a mi niña, me siento en nuestro rincón de la paz y lloro, a veces necesito taparme, esconderme en la cama, abrazar un oso, y ella y su gran corazón corren a abrazarme, se porta tan empática conmigo, me acaricia y limpia mis lágrimas, yo le explico que me siento súper triste pero que sus mimos me hacen sentir mucho mejor, nos abrazamos hasta que me calmo y asunto arreglado, le digo que ya me siento mejor y a seguir jugando. Ella aún es muy peque para asimilar que quizás necesito tiempo de soledad algunas veces pero su compañía no me hace daño, al contrario me reconforta muchísimo.
3. Baila y haz el ridículo.
Bailar, cantar, actuar, saber expresarse, no importa si estás en el súper o en casa. Hacer el ridículo con tus peques es la cosa más divertida del mundo. No es difícil, solo necesitas tapones para los oídos imaginarios y lentes ultra mega especiales que solo te enfoquen a tu peque y listo. Lo que diga la gente es lo menos importante aquí, estoy segura que actuar como chango le va a encantar a tus hijos. Yo comencé cantándole todo el repertorio de La gallina pintadita en la calle, después en el transporte público y ahora lo hago donde sea, también actuar como changos y bailar desde quebradita hasta rocksito que ponen en el tianguis los miércoles. Ella encantada.
4. ¡Arriba el Girl Power!
Cuando supe el sexo de mi peque quede en shock y estaba realmente asustada, tenía muchísimo miedo pues yo ya traía una idea acerca de la feminidad bastante retorcida que lamentablemente aprendí con el tiempo y la cual era totalmente errónea. Ahora ya no tengo más miedo porque poco a poco aprendo que ser mujer es lo más hermoso que me pudo pasar, a ella y a mí misma. Últimamente leo y sigo más blogs acerca de feminismo, me encanta todo lo que tiene que ver con el Girl Power y es lo que trato de transmitirle a ella. La sociedad no ayuda mucho, pero poco a poco se van cambiando estereotipos de género. Para mi es de vital importancia empoderarla en este mundo misógino, sobre todo en mi país que a diario mujeres son violentadas de las formas más atroces, se ha vuelto una prioridad lograr con nuestro ejemplo y crianza que ella sea una mujer fuerte, independiente y sobre todo que se ame a sí misma.
5. La belleza de las cosas cotidianas.
Los peques son súper observadores, se impresionan con casi todo lo que se le pone a su paso, cuando salimos al mercado o a pasear nos tardamos una hora más pues ella mira y observa con muchísima atención todo lo que hay en la calle, desde la pared que tiene piedritas, los árboles, los perros, hasta las hormiguitas que intenta no pisar cuando camina. Aquí hago uso dela señora PACIENCIA pues hay días que la rutina no me permite gastar mucho tiempo en observar mi entorno pero cuando puedo lo hago y es fascinante. En verdad es un mundo entero lo que puedes encontrar si miras con atención las cosas cotidianas, es un ejercicio buenísimo para darte cuenta de todas las bendiciones con las que amanecemos cada día.
6. La PACIENCIA tu mejor aliada.
Cuando entras a la etapa toddler es lo que más vas a necesitar, a mí me ha costado un montón y la verdad es que como todo el mundo tengo mis días malos y a veces exploto y quiero salir corriendo de aquí, pero algo que me funciona súper bien es simplemente mantener la calma, jamás esperes nada de nadie, ni de tus propios hijos, no esperes que hagan algo, que sean de cierta forma etc., solo así vas a poder soltar las situaciones. Para la parte de los berrinches y pataletas existen muchas técnicas para mediar un poco las emociones de tus hijos pero lo principal es mediar tus propias emociones, porque claro, a veces quieres gritarles o simplemente darte la vuelta, pero de verdad funciona muchísimo mantener la calma y actuar como lo que somos, somos los adultos y somos responsables de ellos.
7. Perdonar es de sabios.
Casi la mayoría de los adultos vemos el perdón como algo negativo, como ceder ante la otra persona, pero mi peque de tan solo dos añitos me ha enseñado que el perdón se practica a diario y ella guarda cero rencores. Cuando les hablo de días malos me refiero a esos cuando sin pensar grito, azoto la puerta o digo malas palabras frente a ella, ¡NO SOY PERFECTA! y eso de manejar las emociones jamás en la vida lo había puesto en prácticas hasta ahora que soy mamá (doy gracias a la vida por eso pues me obliga a ser mejor persona en todos los aspectos), cinco minutos más tarde de mis ratos malos ella regresa a mí en plan empático y si yo comienzo a jugar con ella o a bailar o a reír, me regresa esos juegos, esos bailes y esas risas sin una gota de rencor o enojo, ella me perdona, lo deja ir y a lo que sigue. Y yo pues tratando de ponerlo en práctica hasta en el mercado cuando alguien se me mete a la fila e inclusive conmigo misma, también me perdono por no ser PERFECTA.
8. Positivismo a FULL.
Uff, si supieran que tan negativa era antes de ser mamá. Todo me incomodaba, que si me veían feo en el camión, que si el señor de la tienda no respeto mi lugar en la fila, etc... Yo creo que más que positivismo es cosa de tolerancia, obvio si hay cosas que si me sacan de mis casillas. Trato de llevármela más tranquila cuando he vivido situaciones donde usualmente me enojaría muchísimo y armaría un escándalo pues como siempre ando con mi peque me expongo yo y a ella que realmente no tiene la culpa. Pienso que la gente actúa por razones súper importantes que han pasado en su vida, cuando son gandallas es porque la vida misma ha sido gandalla con ellos. A sí que lo mejor que puedo hacer es dejarlo ir... ¡sí! y perdonar a todos aquellos porque realmente no saben lo que hacen. Y quizás suene re tonto pero en verdad cada vez que tolero, y perdono y lo dejo ir sin hacer alboroto algo bueno me sucede, quizás es la forma en que veo las cosas ahora con esta nueva yo positivista, o sean los frutos del dharma, no sé, pero me funciona y me encanta. Si lo intentas verás que tu mente descansa muchísimo, no es que te dejen de importar ciertas cosas, es simplemente no hacerles caso a los pensamientos negativos, ver siempre la otra cara de la moneda y sacarle provecho a todo.
9. Amarme a mí misma.
Aceptarse, reconocerse y amarse a una misma suena tan sencillo, pero no, no lo es para nada. Pase casi dos años de postparto odiándome, odiando mi cuerpo, mi estilo de vida, me ha costado bastante reconocer mi presente y sobre todo aceptarlo, quería seguir con mis actividades normales y no me daba cuenta que mi realidad había cambiado al 100. Verme al espejo ni pensarlo, durante el embarazo subí 14 kilos, los cuales baje rapidísimo el primer semestre de postparto pero así como los baje los he subido este segundo año y las batallas con mi closet eran interminables. Hasta que dije: ¡BASTA!, ningún hijo jamás le dirá a su mamá que se ve fea, ninguno te dirá que te sobran kilos, que debes maquillarte más, que te pongas vestidos y tacones, ninguna persona que en verdad te ame te podrá ver con ojos juzgadores. A mi peque no le importa en lo más mínimo como luzca pues todo eso son cosas superficiales que no te hacen una persona verdadera, a ella lo único que le importa es que este a su lado y la ame, que juegue con ella, que salgamos a pasear juntas, tomadas de la mano, solo le importa la atención que le ponga y cuanto la ame. Hay días que me siento la persona más fea del mundo, pero ella me ve con unos ojitos de amor incondicional que todo lo demás pasa a segundo plano. He decidido amarme más y claro, cuidarme, pero no lo haré más solo para cumplir expectativas externas y estereotipos sin sentido, lo haré por salud y bienestar emocional, porque sí, yo quiero que mi hija crezca y se ame tal cual es y cuide su cuerpo, su templo porque se vea a sí misma como lo más sagrado que pueda haber.
10. La importancia de cada etapa de la vida.
Cuando me inicié en esto de la maternidad y no podía dormir por las noches leía muchísimo acerca de los nuevos estilos de crianza y todo eso que uno encuentra en el internet. Me topé con artículos buenísimos que en ese entonces más que aliviarme me asustaban muchísimo y me estresaban, yo quería obviamente lo mejor para mi peque y sentía que cada día que pasaba la regaba en algo. Después aprendí que la práctica hace al maestro y aquí lo importante no era ver quién era la mamá más perfecta del mundo, ni que técnica servía mejor, si no seguir a tu corazón. Uff suena ñoñisimo pero sí, así es, seguir las intuiciones. Cada mamá y papá del mundo hace lo que mejor puede con las herramientas que tiene a su alcance.
Definitivamente este camino no es nada, absolutamente nada fácil, como todo en la vida, pero en cada uno esta como afrontamos todos aquellos obstáculos. Estoy segura que tú que me lees desde el otro lado del al pantalla haces un papel increíble. Quiero decirte que sigas así, dando lo mejor de ti, disfruta y déjate llevar por la vida, porque todo pasa, el tiempo no perdona y lo único que podemos hacer es disfrutar cada etapa, cada berrinche, cada noche sin dormir, cada segundo al lado de tus seres queridos.
¡Buen trabajo mamás!