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Hola a todos, me alegro de estar por aquí después de tanto tiempo!!
La razón por la que me he ausentado durante estos meses es el tema del post de hoy, "volver a ser madre"; y es que en Febrero de 2017 nació la hermana de Antonio, Lola, curiosamente el mismo día que él, un precioso 14 de Febrero.
Tener a mis hijos me ha cambiado la vida, lejos de las consecuencias más inmediatas, cambiar pañales, dar purés o calentar biberones, ser madre es el momento en que una siente y se da cuenta de que es capaz de hacer cualquier cosa por un mundo al que ha dado la vida, los hijos. Esta experiencia la pude vivir con el nacimiento de Antonio y ahora lo he vuelto a hacer con Lola.
El hecho de ser madre también ha cambiado cómo paso mi tiempo e incluso mi forma de pensar... ser madre significa dar todo mi corazón y entregar todas mis fuerzas para enseñarles a vivir cada día.
Significa tener una razón de ser para el resto de mi vida, aprovechar cada momento al máximo, disfrutar de todo con ellos y llegar a tener sentimientos encontrados al ver cómo crecen. Y es lo que me está pasando en este momento, siento dicha y nostalgia cuando veo que Antonio crece a pasos agigantados y que no hay vuelta atrás, sus respuestas, su independencia, su capacidad de decidir... mi niño se hace mayor.
Llamo a mis hijos "mis pequeños maestros" porque, aún sin saberlo, ellos, con solo existir, ya me están enseñando a amar de manera incondicional, con un amor infinito y sincero, un amor verdadero, me han enseñado a pensar por dos primero, y por tres ahora, a decidir, valorar y priorizar situaciones, a asumir riesgos, a caer y a levantarme...
Y es que para mí, ser madre implica sonreír, pero también llorar a mares... requiere noches de insomnio, aguantar peleas, inventar mil y un modos de artimañas para que aprendan a comer, a vestirse... a ser independientes; aguantar rabietas y tolerar con infinita paciencia las diferentes etapas de la vida.
No puedo vivir por mis hijos y me duele más que a nadie decirles que no, retarles o verles caer, pero tienen que conocer la importancia de los límites y pretendo que lo aprendan.
He vivido en propia carne algo muy desagradable, el sentirse culpable y responsable de los problemas de las personas a las que más amas en este mundo. Pero me he hecho más valiente, tenaz y generosa, he sacrificado algunas de mis metas y aspiraciones... pero no me importa. Superar mis miedos, verles crecer y dar pasos firmes en la vida me hacen mejor persona y hacen que me sienta bien.
Ser madre me ha hecho más fuerte. Encuentro muchas más cosas positivas que negativas en eso de la maternidad y cada día, cuando me levanto, se que hay dos personitas que se alegran mucho de verme, y me reciben con sus mejores sonrisas,
¡Gracias hijos, gracias...!
“Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo.., en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado”
-Madre Teresa de Calcuta-