El sueño en los niños es un aspecto fundamental en su desarrollo. Ante esto, el libro 'Duérmete niño', ahora denominado 'Método Estivill Guía Rápida', expone un sistema con el que luchar contra el insomnio infantil. Según el libro, un mal sueño en los niños tiene las siguientes consecuencias: En lactantes y niños pequeños: llanto fácil, irritabilidad, mal humor, falta de atención, dependencia y posibles problemas de crecimiento. En niños de edad escolar: fracaso escolar, inseguridad, timidez y mal carácter.
Por eso, cuando nuestro pequeño sufra de insomnio infantil, los padres deben aprender a controlarlo e instar en los pequeños un ritmo de sueño correcto, para, también, evitar otros problemas en los propios padres como inseguridad, sentimientos de culpas, frustración, impotencia y cansancio.
El doctor Eduard Estivill, creador del método Duerméte niño
El libro fue escrito por el doctor especialista en el sueño Eduard Estivill y por la escritora y periodista Sylvia de Béjar. El manual fue el resultado de una serie de investigaciones sobre las patologías del sueño infantil, a partir del estudio de más de 3000 pacientes. El objetivo fue la extracción de una serie de rutinas y técnicas que los padres pudieran aplicar para solventar el problema del insomnio infantil.
El desarrollo de los estudios del doctor Estivill se basaba en la idea de que un 35% de los niños menores de cinco años presentaban problemas en el sueño. Además, establece como edad límite los cinco años, puesto que, según el doctor, si a esa edad un niño no ha superado los problemas, cae en el riesgo de padecer insomnio el resto de su vida.
Que lo logre solito
La razón de esta edad límite es que con cinco años un niño dispone de la capacidad de razonamiento suficiente para no salir de la habitación en caso de despertarse. Esto hará que el niño sufra en silencio y experimente otros problemas como pesadillas, sonambulismo o miedo a irse a la cama.
La primera norma que establece es “No le durmáis vosotros, ha de lograrlo solo”, y esa es básicamente la doctrina que sigue el resto del libro. Lo más importante, según explica el doctor, es crear un hábito del sueño. Esto implica repetir el mismo proceso a la hora de acostarle y conseguir que se duerma estando él solo en la habitación, de manera que cuando se despierte en medio de la noche se vea en las mismas condiciones, compruebe por sí mismo que está bien, y consiga dormirse de nuevo sin vuestra ayuda.
Proceso a seguir en recién nacidos
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el sueño del recién nacido no sigue ningún patrón ni distingue entre noche o día. Cuando el recién nacido llora, un error es justificarlo inmediatamente con que 'tiene hambre'. Hay que acudir y comprobar antes que no se trata de otros motivos como que tiene frío, tiene el pañal sucio, necesita mimos.. Si se calma, entonces no le deis de comer, o asociará siempre el llanto con la comida.
También tiene que diferenciar entre lo que es estar dormido y despierto, por lo que es importante que, cuando no esté dormido, le hablemos, juguemos con él.. Debe diferenciar entre luz diurna y nocturna, por lo que cuando duerme de día, es mejor que dejéis que entre algo de luz.
¿Qué hacemos con niños de tres a seis meses?
En esta edad es muy importante crear un hábito de sueño. Así, lo que debéis hacer es crear una especie de ritual previo al momento de acostarse. Lo primero es elegir la hora y respetarla.
Después hay que marcar unos pasos, por ejemplo, primero el baño, luego le pasáis a la habitación donde le habláis o le cantáis algo antes de acostarle, de manera que el niño sienta seguridad y vea un entorno agradable, y después, le metéis en la cuna y os despedís de él, pero siempre de la misma manera: “Buenas noches”, “dulces sueños”.. En este momento, es importante que si el bebé llora, distingáis entre un llanto de protesta y uno de dolor y, si es solo de protesta, evitéis acudir de manera inmediata a él; establecer intervalos de tiempo para ver si así le damos la oportunidad de dormirse él solo.
Cuando cumplen los seis meses en adelante..
Las horas de sueño diurnas disminuyen y el periodo de sueño nocturno aumenta a unas 11 o 12 horas. Es en este momento cuando el niño empieza a tener más control y, por lo tanto, hay que ser más firme a la hora de establecer la rutina de sueño.
Al principio, el niño seguirá necesitando dos siestas, una por la mañana y otra por la tarde. Pero poco a poco este periodo de siestas se debe ir reduciendo y hay que tener cuidado con que estas no se alarguen.
Por ejemplo, entre el año y el año y medio, se puede ir eliminando la sienta de después de desayunar y, con tres años, ya queda suprimida la del mediodía, pues ya acuden al colegio.
Agradecimientos: a Doctor Estivill.com, a Ask a Mum, por la imagen de portada y a Sheknows Parenting, Native Remedies y Smooth Parenting por el resto de las fotografías.