Este verano ha sido diferente a los otros. Con el final del embarazo y la llegada de Olivia, este año las cosas han sido mucho más calmadas, respecto a los verano anteriores.
Normalmente trabajo en verano para poder tener material suficiente durante el invierno, ya que en un piso me es difícil realizar ciertas manualidades y DIY.
Por ese motivo este año nos hemos dedicado a realizar más planes en familia, ya que con la pequeña poca cosa he podido hacer.
Con Lucas ya hemos visitado varios museos, es algo que le encanta y a mi disfrutarlo con el también.
Ya os conté hace tiempo que solemos visitar museos de manera habitual, normalmente elijo los que creo que le pueden gustar o encajar con su edad, pero sea cual sea la temática la verdad que siempre aprendemos algo nuevo y pasamos un rato genial.
Lucas es un niño curioso y le gusta visitarlos, hace muchas preguntas, es observador y todo lo nuevo le ayudará en su desarrollo y educación.
Uno de los Museos que tiene mi ciudad y que yo aún no había visitado, es el Museo de la Energía o Fabrica de la Luz una antigua central térmica, en la que se muestra cómo se producía electricidad a partir del carbón y cómo la utilización de este recurso natural para la producción de energía, fue el motor de cambio para los habitantes de la zona en la que la energía ha sido la protagonista de la vida de las personas desde hace siglos.
Me gustó tanto, que dos semanas después volvimos y pude realizar algunas fotos de la nueva colección especial de Bugaboo Atelier.
Lucas tuvo el Bugaboo Cameleon y con Olivia me decidí por el Bugaboo Bee5 (ya os contaré más adelante mi experiencia).
Tuve la suerte de probar esta nueva colección, gracias a mi colaboración anual con Bugaboo, que se basa en la moda francesa, tradicionalmente muy elegante y chic pero, al mismo tiempo, súper moderna y atemporal.
Probablemente, la característica más llamativa de este cochecito es el nuevo y lujoso tejido en melange en el capazo y la capota, no solo por ser un color unisex, sino porque es ideal para combinar durante todo el año. El gris es uno de mis colores preferidos y me pareció que casaba completamente con la zona industrial del museo, la nave de calderas y la de turbinas.
Una mañana de domingo diferente en la que Lucas disfruto de todo el recorrido del museo y a mi me enamoro su escenario, ideal para celebrar bodas (que lo hacen) un rodaje o una sesión de fotos para una editorial de una revista.
Una sesión del Vogue niños quedaría genial en un lugar tan mágico como la fabrica de la luz.