La playa de Oza es una playa urbana situada en el abrigo del viento y las olas, en la zona del puerto, y en el propio barrio de Oza.
Se puede acceder a pie, o en coche, y cuenta con aparcamiento. Desde la Gaiteira, tienes una bonito paseo andando, pasando por delante del centro deportivo de San Diego, y cruzando por encima de las vías del tren.
Una zona que quizá no sea la más frecuentada por los turistas, ni la más conocida, y sin embargo es muy tranquila e ideal para pasear.
La playa de Oza cuenta con bañistas adeptos que acuden a diario a zambullirse en sus aguas, o aprovechar a tomar el sol por ser una playa resguardada.
El largo del arenal es de unos 100 metros, por lo que no es una playa grande, y su paseo marítimo también es pequeñito, aunque tiene un pequeño dique que aprovecharon para poner una zona infantil con parque para los más pequeños.
Esta playa cuenta con todos los servicios, desde duchas, socorrista, acceso a discapacitados, quiosco de prensa y alquiler de material náutico.
Una playa muy frecuentada para hacer deporte, como caminar o correr, aunque también se ve a bastante gente en bici.
Oza tiene una larga historia, ya que está situada en lo que era una de las defensas que protegían a la Ciudad, el Fortín, que se construyó para evitar un punto débil en la defensa de la ciudad, ya que por aquí fue por donde se colaron los Ingleses de Drake, y Norris en el año 1589, antes de tener este fortín.
Pero muchos años después, en 1888 se inauguró en el Castillo ya derruido de Oza un Lazareto, para que los buques que retornaban a América pudieran parar en nuestra ciudad , dejando que marineros, soldados y emigrantes enfermos, pasaran la cuarentena entre sus muros y pasearan por esta playa. Hasta que en 1931, vecinos de Os Castros llegaron a un acuerdo para el uso de la playa, y se programaron unos horarios para los enfermos a unas horas y los Coruñeses a otras.
Cuenta un viejo articulo de La Voz de Galicia, que “era base de embarcaciones de recreo y pesca, y allí, a lo lejos, se veían las mejilloneras, hasta las que nadaban los niños en carrera amistosa. Sobre su arena mojada pulió su fútbol Amancio Amaro, que trazó recortes imposibles en concurridas pachangas playeras antes de ganar Ligas y una Copa de Europa para el Real Madrid. La playa estaba rodeada de laderas de verde abundante, donde se reunían los vecinos para dar alegría al estómago a la hora de comer. Y, después, vuelta a la playa.
En 1969 al barrio le extirparon su playa para hacerle hueco a unos astilleros. Quedó reducida a una cala. Había más rocas que arena. Pero los vecinos siguieron fieles a ella. Apilados, reeditaron cada verano la ancestral costumbre del chapuzón en el Lazareto. Hoy día, ese robo habría causado una movilización ciudadana.
En 1994, la Autoridad Portuaria compensó a Os Castros. No le devolvió el Lazareto, pero le regaló una playa artificial, la de Oza. El antiguo arenal desapareció: se convirtió en un tramo del paseo marítimo. Pero sus aguas siguieron siendo concurrida zona de chapuzón.”
Os invito a pasear y conocer la desconocida playa urbana de Oza!
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