Nosotros la tenemos bastante cerca, así que nos consideramos afortunados, porque en cualquier momento nos podemos acercar. Además nos encanta así que ya teníamos muchas ganas de llevar a Leoncito.
El año pasado fue una experiencia estupenda para él (ya te lo había contado aquí) pero este año ha sido increíble.
La primera vez fue una toma de contacto, los tres vestidos disfrutando de un atardecer. Pero con un pánico atroz a ¡¡tocar la arena!! No había manera de que la pisara ni tocara, era rozar un granito con la punta del dedo gordo del pié y empezaba a llorar... Así que nos dedicamos a jugar con él encima de la toalla.
Primera toma de contacto, una tarde genial...
La segunda vez fue más o menos igual, no avanzábamos con el tema arena, y ya me estaba empezando a preocupar, con lo que nos gusta a nosotros la playa ¿Leoncito la iba a odiar?.
Pero llegó el tercer día, también vestidos (aún estábamos por mayo, aunque en plena ola de calor) pero esta vez ya lo dejaba de pie en la arena aunque protestara un poco, luego lo sentamos en la toalla y nosotros le cubríamos los pies, se la pasábamos por las manos... Y poco a poco se fue acostumbrando, hasta que ahora ¡le vuelve loco!!
Es llegar a la playa y más nos vale tener todo listo antes de que él toque la arena, porque luego ya no se puede ni mirarle, le molestas, porque quiere rastrillarla, cogerla, lanzarla, echársela por la cabeza...
Primeros granos de arena en los pies...
Otro tema es el agua. Aquí está
Optamos por la piscinita, que llenamos nada más llegar para que vaya calentándose con el sol, pero pasa exactamente lo mismo, así que creo que vamos a dejar de cargar con ella...
Porque ese es otro tema... Bolsa enorme con toallas y ropa, otra bolsa con cubo, palas, rastrillo y demás juguetes. Súmale la sombrilla más la nevera, y por poco más nos vamos de acampada 15 días.
Pero verle la carita de felicidad que se le pone, lo que disfruta cada segundo, merece todo la pena, como si tenemos que llevarnos la casa a cuestas!!
Ahora con la cantidad de arena que vuelve para casa, ya casi podemos hacer una playa!!
Eso sí, siempre hay que tener en cuenta ciertas indicaciones, porque hay que tener ciertas prevenciones en la playa. La primera el sol, ya que debemos evitar las horas más fuertes del día, nosotros solemos ir sobre las 6 de la tarde, o en el caso de ir por las mañanas, es mejor marcharse antes de las 12 de la mañana.
Por supuesto proteger la piel, escoger la crema más adecuada a su edad y tipo de piel, y echársela al menos 20 minutos antes de ir a la playa, y volver a echar al menos cada 2 horas (si está chapoteando seguido, más a menudo). Pero para esto te dejo este enlace con las recomendaciones de una mamá pediatra.
Una gorra o visera para proteger al máximo la cabeza, ir provistos de agua para refrescarse, y nosotros también solemos llevar algo de fruta troceada, además de merienda por si toca a esa hora. Aunque la merienda en la playa es complicada, porque como ya te contaba antes, es imposible que deje de tocar la arena...
Y tú ¿ya has llevado a tu peque a la playa? ¿cómo ha sido la experiencia? Si aún no has tenido vacaciones pero te falta poco, aquí podrás encontrar todo lo que puede hacer falta.