Hola amig@s, quiero contarles mi experiencia como mamá de dos varones hermosos, de cómo transformé mi ansiedad sobreprotectora a madre formadora, educadora y modeladora, principalmente con mi ejemplo. En mis inicios de mi experiencia maternal actuaba con mucha ansiedad y miedos, propios de una madre primeriza. Mi madre me ayudó los primeros días, hasta cumplir los 40 días, y luego se regresó a su casa en mi ciudad natal, lejos de donde decidí junto a mi esposo hacer nuestra vida de familia. Mi primer hijo lo cuidaba una nana en casa, una querida "ángel" que la vida puso en mi camino, una experimentada mamá de una hija de 18 años para ese momento. Con ella aprendí muchas cosas que por la distancia sólo mamá y mi suegra podían decirme la "teoría" por teléfono. Sin embargo, por razones de mi trabajo, cambió mi horario de ausentarme de casa, y tuve que dejar a mi hijo solo con su nanita desde muy temprano hasta casi la noche por varios meses. Uno como padre subestima pensando que porque el bebé está pequeño, estos cambios no los percibe... Error
Los niños perciben todo, sólo que no pueden expresar de forma clara lo que sienten, y en mi caso, los ciclos de llanto y enfermedades se hicieron más seguidos. Hace mucho tiempo ya, que las mujeres trabajadoras aceptaron en nombre de las generaciones futuras, despegarse de sus hijos en función de un "empleo". Como fuesen distintas nuestras historias, si las mujeres trabajadoras pioneras hubiesen acordado desde un principio trabajar con sus críos cerca, tal cual como lo hacen las madres del reino animal, que no se separan de sus críos hasta que pueden valerse por si solos. En esta parte de mi historia, contaba con el apoyo de mi entrañable amiga, porque el horario de trabajo me demandaba estar lejos de casa hasta por jornadas de 14 a 15 horas, salía a las 5 a.m y regresaba entre las 6pm a veces hasta 8 pm, dependiendo del tráfico en la autopista. Siempre salía con el corazón arrugadito por dejar a mi bebé ( de un año y tantos meses) dormido para a veces encontrarlo dormido o pocas horas
antes de dormir.
Siempre dices que lo mejor es el tiempo de calidad, y es cierto. El nexo con tus hijos lo debes alimentar día tras día. Cuando los ves por primera vez, nuestro amor hacia ellos (l@s hij@s) es instantáneo, ya los amas desde el vientre. Mientras, que el amor de l@s hij@s por sus padres crece en la medida que su relación se afianza, en la medida que los padres y madres estemos presentes, que seamos parte de sus pequeñas vidas, que creemos con ell@s recuerdos hermosos, de compartir, de educar, de la ternura y el amor que les damos. En una próxima entrega, seguiré compartiendo con ustedes este hermoso camino de aprendizaje, de crecimiento, alegrías y pocas tristezas, pero sobretodo, descubriendo el amor más puro, el amor maternal.