(Des)orden natural

Limpiar y ordenar la casa es mi mejor sedante contra todo tipo de neuras. Eso, y unas cuantas cervezas en buena compañía. Sé que existen remedios más espirituales, sofisticados e incluso elegantes, pero esto es lo que funciona con los que, como yo, nos regimos por la parte más instintiva; los que tenemos el corazón en las tripas, dicho de otro modo.
juguetes en la nevera


Las cervezas son hoy por hoy casi excepcionales, por muchas causas entre las que figuran Inés y otros personajes de su tamaño. Si hablamos de organización, aquí sí que el pequeño ser que  llegó a mi casa hace año y medio tiene mucho que decir. Suya es la ‘culpa’ de que el otrora orden cotidiano se haya convertido en deseo imposible. Abortadas las dos vías de escape, siento por momentos mi cabeza fuera de control, y es entonces cuando los objetos adquieren vida propia y tienden a desaparecer. En poco tiempo he sufrido la irreparable pérdida de un patito de goma, un gorro, el mando a distancia y dos juegos de llaves, uno de ellos ajeno. Bastante avergonzada, me disculpé el otro día ante su propietaria, que me tranquilizó confesándome que ella misma extravió en la misma semana el móvil, la bici y una cámara de fotos.

Mientras tanto, Inés reordena todo lo que cae en sus manos con tanta energía como falta de lógica. Consecuencia de ello son zapatos en la lavadora, pan en los cajones, muñecos en la nevera y… ¡por fin!, el mando a distancia en el armario del baño. Intento por enésima vez concienciarme de que el desorden natural es uno de los cambios que debo asumir. Supongo que existe un lugar en el que descansan felices los pequeños objetos que un día huyeron de manos nerviosas y estresadas. Una especie de limbo donde duermen también los deseos callados, las cervezas que no tomamos y los calcetines que desaparecen en la lavadora.

Fuente: este post proviene de Blog de pecesdcolores, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

La convivencia a tiempo completo con un humano menor de tres años obliga a un continuo reajuste de tiempos, planes  y apetencias. Una de las cuestiones más costosas en la aventura diaria con Inés es c ...

No saber en qué día vives, ni en qué mes, casi ni el año si te apuran. Salir a la calle con la cara lavada y sin peinar, sin bolso, sin dinero, sin un objetivo concreto. No saber qué contar cuando alg ...

Mi abuela y casi todas las abuelas que conozco dijeron alguna vez eso de: “Quién tuviera tu edad, pero sabiendo lo que sé ahora!”. En su día no comprendí bien lo que significaba, pero la f ...

Recomendamos