Cada vez es más frecuente que familias españolas, de clase media trabajadora, decidan invertir cierta cantidad de dinero fija al mes para apadrinar a un niño que ni siquiera conocen, pero al que desean ayudar.
Apadrinar se puede confundir coloquialmente con adoptar, pero no tiene nada que ver con esta otra opción. Al apadrinar un niño estamos contribuyendo económicamente y de forma voluntaria a sus cuidados. No existe vínculo legal, por lo tanto, que nos una al menor más allá de nuestra aportación. El lazo durará lo que desee el padrino o madrina.
Normalmente el apadrinamiento cuesta no más de 20 euros al mes, que a nosotros no nos suponen nada, pero que ayudan enormemente no sólo al niño en situación de pobreza sino a toda su comunidad. Es frecuente que el dinero que enviamos para el cuidado del menor, también se utilice para la subsistencia y el desarrollo de su entorno, algo que queda claro cuando se ejercen los trámites de apadrinamiento.
El menor suele enviar una fotografía, así como sus datos a la familia que le apadrina, para que éstos le conozcan, por lo que, a pesar de la distancia se crean vínculos afectivos, o al menos de mucha empatía que suelen culminar con un viaje que realizan los padrinos al entorno del niño apadrinado. La organización en la que has de ponerte en contacto para todos los trámites, que son puramente simbólicos y burocráticos, aconsejará a la familia cuándo es más recomendable viajar al país o a la zona en concreto.
¿Conocéis a familias que tengan apadrinado a algún niño? Yo sí, a varias. Y puedo decir que son muy felices por ello. En concreto, una amiga que apadrina a dos hermanos de origen bosnio, y otra pareja de amigos que apadrina actualmente a un chaval saharaui. ¡Qué labor tan bella!
En Internet tenéis muchísimos sitios donde iros informando. Algunos de ellos son Apadrina un niño, Intermón, Ayuda en Acción o la Fundación Vicente Ferrer.
¿Os animáis a apadrinar?
Foto. Apadrina un niño.