Al principio, la situación estaba controlada, pero Baby ya tiene 6 meses y desde hace semanas la casa tiene cierto tufillo a desmadre juguetil. Empecé a husmear por distintas webs en busca de algún baúl divertido que nos sirviera para controlar el incipiente desorden, cuando recordé el arcón de Ikea que estaba acumulando polvo en el trastero. Éste:
Y claro, a una que le gusta tunear muebles de Ikea más que a un ni?o una tiza, me puse manos a la obra. Que no es gratis del todo, pero sí mucho más barato que comprar uno nuevo y, sobre todo, es más divertido. ¿Cómo fue la transformación?
?
Necesitamos pintura Blanca en spray, papel decorativo adhesivo, figura de foami, tijeras, centímetro, rotulador y espátula.
Cubrimos las bisagras con cinta de carrocero y protegemos con papel de periódico suelo, paredes.. La pintura en spray tiene más peligro que un mono con cuchillas, así que si podéis hacer esto fuera de casa, mejor que mejor.
Empezamos a rociar el baúl con el spray. Paciencia. Necesitareis varias capas si no estáis acostumbrados a pintar con este sistema.
Después de varios repasos, quedará tal que así. Insisto. La pintura en aerosol es bastante engorrosa porque deja polvillo blanco en suspensión. Vamos, que además de proteger los muebles hay que alejar a los niños de este DIY. Si el acabado del mueble os lo permite (en mi caso no era posible) es más cómodo lijar y aplicar un esmalte con pincel o rodillo.
Ahora forraremos el interior y los laterales con papel decorativo. Yo elegí unos lunares de colores sobre fondo blanco. Para recortarlo, a mí me resulta útil hacer plantillas con papel de periódico. Sobre todo en este caso, que el baúl tiene asas abiertas en los laterales.
Una vez dibujada la plantilla en la parte posterior del papel adhesivo, recortamos y nos disponemos a forrar el mueble con paciencia.
Pegamos con mucho cuidado. Es muy útil usar una espátula para que no se nos formen burbujitas.
Así queda un lateral ya forrado. Cómo veis, la única dificultad es "salvar" el asa. Es mejor tenerlo recortado antes de pegar el papel porque si no se puede levantar la pintura.
Una vez forrados los laterales, vamos a por el interior. Dejarlo negro era muy aburrido, así que más plantillas, espátula y ¡a pegar!
Para que quede mejor rematado, os recomiendo que empecéis cubriendo las "paredes" y terminéis con el fondo. Así camuflaréis los fallitos.
Ya hemos terminado con el interior, así que vamos a por la estrella de esta transformación: un Piolín de foami. Es tan sencillo como pegarlo al frontal del baúl con cinta de doble cara.
Y.... VOILÀ!! Un divertido baúl para tener los juguetes bien ordenaditos.
¿Te animas?