Desde que llegó este cuento a nuestra casa, es una de las lecturas más repetidas por las noches. ¿Qué tiene este cuento, ese monstruo y esa Sra. Mo, que tanto les gusta a mis peques? ¿Serán los colores de las páginas? ¿Será que el monstruo es muy muy auténtico? ¿Será como lo leemos y participamos todos? Supongo que será un poco de todo, pero está claro que nos encanta, incluido a mí, jajajaja.
El Monstruo de la Sra. Mo es un cuento infantil, de la Editorial Tramuntana, escrito e ilustrado por Paul Beavis.
No es un típico cuento de monstruos, miedo o sustos, sino una historia original de la relación que establecen la dueña de la casa, la Sra. Mo y un monstruo que entra en ella.
DESCRIPCIÓN
Un día llaman a la puerta de la casa de la Sra. y el Sr. Mo. La Sra. Mo fue a abrir y se sorprendió al ver entrar corriendo a un MONSTRUO. Y encima sin decir ni hola ni nada. Estaba buscando alguna cosa para Mascar, Moder y Crujir, que es lo que dice el cuento que suelen hacer los monstruos. Esta idea de lo que suelen hacer los monstruos les parece muy curiosa a los peques, ya que les parece curioso que tenga asignadas unas acciones tan reducidas. ¿Solo puede hacer eso? ¿Por qué?.
Después de esta entrada tan sorprendente, la Sra. Mo se va encontrando al monstruo en diferentes situaciones, haciendo lo que se supone que mejor sabe hacer, Mascar, Morder y Crujir. Comerse un pincel, mascar un ovillo de cuerda o morder una cuchara son algunas de las cosas que hace.
La Sra. Mo le va explicando con calma y con paciencia que lo que hace tiene unas consecuencias. Si se come el pincel, no podrán pintar con él, si se come el ovillo de cuerda, no podrán atar cosas y si se come la cuchara, pues ya no podrán usarla. Lo hace siempre a modo de pregunta, intentando que el monstruo piense cómo podrán hacer entonces las cosas que hacen con ese elemento, si lo destroza. Pero solo consigue que el monstruo salga corriendo gritando “Yo masco, muerdo y hago crujir”. Aunque el pobre va aceptando cada una de las explicaciones de la Sra. Mo y deja de hacer lo que estaba haciendo.
De hecho, le sugiere que intenten hacer alguna cosas diferente, un poco más interesante, pero el monstruo se niega. Aquí es cuando los peques y yo decimos sin parar “No, no, no, no….” y se ríen un montón.
Me encanta esta ilustración, donde se ve al monstruo como si estuviera enfadado y muy obstinado, en seguir haciendo lo que mejor se le da…
De hecho, no contento con todo lo que ha hecho, se va al desván de la casa y ¡¡¡la que lía allí!! Y entonces es cuando los peques y yo decimos sin parar “Mascar, Morder y Crujir, Mascar, Morder y Crujir, Mascar, Morder y Crujir….” como si estuviéramos cantando.
Pero cuando el monstruo ya no tenía nada más que hacer allí, piensa en probar algo diferente. Es cuando empieza su verdadera relación con la Sra. Mo y a aceptar otras acciones como posibles. Ve todo lo que está haciendo ella e intenta imitarla, pero no todas las cosas se le dan bien. Hasta que la Sra. Mo se pone a hacer un pastel y eso…. no solo le atrae un montón, sino que se ve capaz de hacerlo. Así que se ponen los dos manos a la obra.
Para qué o quien es el pastel y lo que supone para los dos realizarlo juntos, os lo dejo para cuando leáis el cuento.
Al final de la historia, vuelven a llamar a la puerta, y van el monstruo y la Sra. Mo a abrir. Entran dos niños corriendo y lo que da una imagen de que la historia vuelve a empezar y se repite, es cuando el monstruo dice:
Que es lo mismo que había dicho la Sra. Mo cuando él había entrado en su casa. Empezamos otra vez la historia, esta vez intentando que los niños que han entrado entiendan que se puede hacer otras cosas que las que hacen…
ILUSTRACIONES
Como podéis ver las ilustraciones son muy características. Las hojas presentan muchos tonos, colores variados y llamativos, que lo hacen muy visual y atractivo. Los personajes son peculiares, pero con un aspecto muy cuidado, muy expresivos y muy dinámicos. Me encanta los efectos que utiliza el ilustrador para mostrar la sensación de profundidad y distancia de las cosas, haciendo pequeños los dibujos en un extremo del libro y grandes en el otro.
Es un cuento de tapa dura y hojas de papel, con 44 páginas llenas de imágenes y texto.
TEXTO
El texto está escrito en letra de imprenta, y es sencillo y fácil de leer. Muy visual, ya que usa mayúsculas y negritas para resaltar partes del mismo y muchas comillas, para enmarcar lo que dice cada personaje. Prácticamente todas las hojas tienen texto y los peques siguen la historia sin problemas, ya que su vocabulario es muy correcto y sencillo.
EDADES
La Editorial recomienda el cuento para niños a partir de 5 años, pero yo os digo que mis peques de 4 y 2 están muy muy entusiasmados con este cuento. Les encanta que lo leamos, les encanta mirarlo y participar en la historia como solemos hacerlo. Desde luego, tiene sentido a partir de 4 años o así, aunque la verdad es que a mí me sorprende la cantidad de veces que mi peque de 2 años me pide que lo leamos.
CONCLUSIONES
Supongo que esta es la parte que los peques, según la edad, entenderán más o menos del cuento. En nuestro caso hemos sacado ciertas conclusiones del cuento.
Hay que ser educado y saludar al entrar y salir de una casa…
Lo que supuestamente se te da bien, no es lo único que puedes hacer. Todos somos capaces de aprender, participar y hacer cosas diferentes.
Descubre lo que los demás te pueden enseñar y puedes aprender, seguro que te aportan grandes cosas en la vida.
El relacionarse con los demás, sean o no igual que tú, es lo que enriquece tu mente y lo que te hará aprender y disfrutar haciendo muchas cosas diferentes.
Acepta las cosas que te explican y te enseñan los demás, porque te permitirán descubrir muchas cosas nuevas.
La aceptación de uno mismo y de los demás, como base para el cambio, el aprendizaje y la evolución.
Creemos que este cuento es genial para los peques y os lo recomendamos, como otros cuentos de la Editorial Tramuntana, tales como ¡Qué Pena!
¿Lo habéis leído? ¿Qué opinión tenéis de él?
Archivado en: Leemos juntos?